Acusación contundente y retractación inmediata. El portavoz del Gobierno de la Ciudad, Jacob Hachuel, se ha corregido a sí mismo apenas dos horas después de haber asegurado que las controvertidas declaraciones del presidente de la Unión de Comunidades Islámicas de Ceuta (UCIDCE), Laarbi Al-Lal Maateis, obedecían a un intento por “romper a la ciudadanía en dos” en función de la pertenencia cultural de los ceutíes inspirado por el interés electoral de determinados partidos.
“La no meditación de mis declaraciones, producto de la precipitación, no tienen ninguna base, por lo que suplico disculpas a los partidos políticos que se presentan a las próximas elecciones generales”, asegura el consejero en un comunicado remitido a los medios tras la rueda de prensa en la que había formulado sus acusaciones.
Las llamativas manifestaciones de Hachuel, que en todo momento presentó como una “reflexión”, señalaban a la presunta connivencia entre Maateis y aquellos partidos que, según el consejero, alientan esa vocación rupturista. Todo ello, según Hachuel, en el contexto de la campaña electoral. “Romper a la ciudadanía por motivos de su religión o cultura me parece actuar de forma nociva: es un veneno que debería evitar que se propagase”, había asegurado el portavoz.