Los “gestos positivos” de Rabat ofrecen una “gran oportunidad” para que España y Marruecos puedan “redefinir sus relaciones”. Ésta es, al menos, la percepción que tiene el Gobierno español del futuro de las relaciones hispano-marroquíes tras la superación de la crisis abierta entre ambos países el pasado mayo.
En respuesta a una pregunta parlamentaria, el Gobierno argumenta que actualmente trabaja en el fomento de la “cooperación bilateral” con el que sigue considerando como “un socio estratégico y un país amigo”.
Pese al deshielo de las relaciones, Marruecos todavía no ha ordenado el retorno a Madrid de su embajadora en España, que permanece en su país desde el inicio de la crisis.