Desde las piscinas y mares de Ceuta hasta los confines más desafiantes de la medicina global, Juanqui Ríos representa el verdadero espíritu de compromiso y superación. Quizás les suene por sus andaduras deportivas en Ceuta, incluyendo el waterpolo y la natación en aguas abiertas, así como por ser uno de los organizadores del I Torneo Open de Pádel en la Ciudad Autónoma, Ríos ha logrado transcender los límites del deporte para dejar su marca en el mundo de la medicina y el voluntariado internacional.
Hoy, como médico y voluntario activo de OVA (Omnia Vincit Amor), una asociación dedicada a la promoción y prevención de la salud en los rincones más necesitados del planeta, Ríos comparte su viaje, desde sus inicios inciertos en la carrera de medicina hasta su inquebrantable dedicación a mejorar la vida de las comunidades en Guinea Ecuatorial.
"Realmente creo que nunca tenemos al 100% claro lo que queremos, pero al decidirme, solo me veía como médico", confiesa Ríos, al reflexionar sobre sus motivaciones para estudiar medicina. Su deseo de ayudar a los demás se convirtió en una certeza irrevocable durante su primer viaje con OVA, donde la interacción directa con la adversidad y la necesidad reafirmó que la decisión de estudiar medicina había sido la correcta.
OVA surgió en 2020, en respuesta a la urgente necesidad de un cambio tangible en la promoción de la salud y la educación sanitaria. "Queríamos algo continuo y longevo", explica Ríos sobre el origen de la asociación, destacando su enfoque en la atención primaria y quirúrgica en colaboración con ITARA ONG. La misión de OVA es clara: expandir el alcance de la atención médica y quirúrgica, superando los desafíos financieros y logísticos con el apoyo de la comunidad global.
La elección de trabajar en Guinea Ecuatorial, un país con "las infraestructuras necesarias pero con recursos limitados o inexistentes", no ha sido fácil. Sin embargo, el idioma común ha facilitado la comunicación y la implementación de programas de salud. "Guinea Ecuatorial tiene algo esencial y es el idioma, hablan español y por lo tanto podemos comunicarnos con facilidad". A pesar de las infraestructuras insuficientes y la carencia de recursos, Juanqui y su equipo están comprometidos a enfrentar desafíos significativos como la mortalidad infantil y materna, a través de educación y prevención.
La pandemia de COVID-19 fue un punto de inflexión, resaltando la importancia crítica de un sistema sanitario robusto y el valor de la educación sanitaria. "La pandemia me sirvió para valorar la importancia de tener un buen sector sanitario", afirma, señalando las duras condiciones laborales que enfrentan los profesionales de la salud y la necesidad de un reconocimiento adecuado de su labor.
Su trayectoria deportiva no solo le ha forjado físicamente, sino que también ha influido profundamente en su enfoque hacia el trabajo en equipo y la resiliencia en el ámbito de la salud. "Me ha enseñado a nunca rendirme", dice Ríos, subrayando cómo las lecciones aprendidas en el waterpolo y la natación han modelado su carácter y su enfoque hacia los desafíos profesionales.
Con la mirada puesta en el futuro, Juanqui aspira a continuar su desarrollo profesional y expandir el alcance y el impacto de OVA. Destaca la necesidad de cambios en el sistema de salud global para prevenir futuras crisis sanitarias, enfatizando la importancia de recursos humanos y materiales adecuados.
La historia de Juanqui Ríos es un poderoso recordatorio de cómo la pasión, la dedicación y el compromiso pueden trascender fronteras y transformar vidas. Desde las aguas de Ceuta hasta los desafíos sanitarios de Guinea Ecuatorial, Ríos continúa inspirando a otros a unirse en la misión de crear un mundo más saludable y equitativo. Su viaje es un testimonio del impacto que un individuo puede tener, no solo en su comunidad local, sino en la salud y el bienestar global. Con cada paciente atendido y cada vida tocada, Juanqui Ríos redefine lo que significa ser un verdadero embajador de la salud y la humanidad.
