Los pobres viven menos: el caso de Ceuta

Ceuta, con la tasa de esperanza de vida al nacer más baja de España, registra indicadores que la sitúan como el segundo territorio con mayor índice de riesgo de pobreza y presenta la tasa de desempleo más alta

Viandantes pasean junto a la playa durante la fase 1 (C.A.)
photo_camera Viandantes pasean junto a la playa (C.A./ARCHIVO)

La conclusión no podía ser más descarnada. Un estudio del Consorcio Centro de Investigación Biomédica en Red (CIBER), sometido al seguimiento y control del Instituto de Salud Carlos III (ISCIII), revelaba a finales del año pasado que las personas con menos recursos económicos viven menos que las más acaudaladas. El informe analizaba la relación entre los ingresos económicos y la esperanza de vida al nacimiento. Los autores determinaron que las mujeres y hombres que residen en las zonas más pobres viven entre 3,2 y 3,8 años menos, respectivamente, que en las zonas más ricas.

Esta afirmación parece congruente con la realidad que se vive en Ceuta. La tasa que mide las variables que caracterizan como pobre o excluida a una población alcanzó en 2022 el 40,2% en Ceuta, según  constata la Encuesta de Condiciones de Vida (ECV) del Instituto Nacional de Estadística (INE). Con arreglo a estos datos, los ceutíes son los españoles que, solo después de los melillenses, se enfrentan a un mayor riesgo de empobrecimiento.

Respondiendo al modelo sugerido por el estudio del CIBER, Ceuta es también, según el último dato oficial del INE, el territorio con la esperanza de vida más baja de todo el país: tan solo 79,2 años. Un residente en la localidad madrileña de Majadahonda, donde se registra la esperanza de vida más alta de toda España, vive 6,2 años más que un ceutí.

Según un reciente informe elaborado por CCOO, la evolución del índice de esperanza de vida se mantuvo al alza hasta 2016, fecha en la que alcanzó los 80,73 años, el dato más alto en lo que va de siglo. 2019, año prepandemia, cerró en los 80,55. Durante la pandemia, los índices cayeron en picado hasta situarse en los 78,47 en 2001.

La «fórmula» apuntada por los investigadores del CIBER se cumple fielmente en Ceuta: más pobreza, menos esperanza de vida. Los indicadores económicos resultan reveladores. La ciudad ostenta la tasa de desempleo más alta de todo el país, según constata la Encuesta de Población Activa (EPA): 30,55%. El  Indicador Multidimensional de Calidad de Vida (IMCV), elaborado por el INE, también sitúa a la ciudad en una situación poco airosa. De las nueve dimensiones consideradas en el estudio, Ceuta figura la última de todos los territorios españoles en cuatro: salud, seguridad física y personal, entorno y medioambiente y condiciones materiales de vida. Además, es la penúltima en trabajo.