Franci Valero era un hombre de mar y de cielo, como no podía ser de otra forma naciendo en Ceuta. Como ceutí, sintió desde pequeño una gran pasión por el por el submarinismo y algo más tarde, por la cetrería.

Se convirtió en un experto buceador y fotógrafo submarino, que mostraba la belleza de los fondos marinos de su ciudad. También era un apasionado de la cetrería, el arte de cazar con aves rapaces. Tenía varios halcones y águilas, y los entrenaba con dedicación y cariño.

Su amor por Ceuta le llevó a implicarse en diversas actividades para promocionarla y defenderla. Muchos le recordarán como el cabo más antiguo de España del Arma de Ingenieros, y estuvo vinculado al RING-7. Pero otros muchos lo harán por su perfil más humanitario, ese que le llevó a implicarse en la búsqueda de un buceador marroquí desaparecido en el entorno de isla Perejil, y ayudó a visibilizar aquella pérdida.

Participaba en concursos de fotografía y vídeos submarinos, y colaboraba con medios de comunicación locales para difundir sus imágenes, y junto a los suyos, su gran familia, se implicó de forma activa en una tradición de más de seis décadas: la ofrenda floral a la virgen del Carmen en la piedra del Pineo, pero también se buscó a Nemo, en una de las actividades de Diving Center como el Centro de Buceo de Ceuta, que era algo más que un negocio. Fue un lugar de encuentro para amantes de las actividades subacuáticas que acababan creando lazos de amistad, que compartir alrededor de unos pinchitos o de una paella.

Su fallecimiento, el 4 de julio de 2022, generó un hondo pesar entre sus familiares, amigos y compañeros, que le recuerdan como un hombre bueno, generoso y vitalista.
Franci Valero fue un ejemplo de vida activa, solidaria y comprometida con Ceuta. Su legado sigue vivo en las personas que le conocieron y le quisieron. Hoy, queremos recordarle con cariño y admiración. Franci Valero, el ceutí que amaba el mar y el cielo.
