¿Cómo se introdujo en el mundo del alpinismo y la escalada?
"Hace ya muchos años que empecé a recorrer el mundo con expediciones a grandes montañas y trekkings, que es una modalidad de excursionismo consistente en recorrer a pie largas distancias o zonas determinadas, generalmente de alta montaña y poco frecuentadas por el turismo convencional. La primera vez fue en Perú en 2007. Quedé totalmente maravillado de aquellas moles de proporciones desconocidas hasta entonces para mí".
¿Cómo cambiaron estas experiencias su percepción de la montaña?
"Se abrió un mundo nuevo. Hasta entonces casi cualquier montaña que escalaba me llevaba dos o tres días máximo. Ahora sólo la aproximación llevaba ese tiempo. Así que empecé a regresar a Los Andes cada año, buscando nuevos retos, rincones poco explorados y, en definitiva, nuevas aventuras. Lo que más me llamaba la atención era poder recorrer esas montañas sin ningún turista. Ésa, hasta hoy, es una experiencia que ha cambiado poco”.
¿Cómo ha afrontado esta aventura?
"Conocí las montañas del Ausangate, un macizo en la cordillera de Vilcanota lleno de misticismo en el sur del Perú y a escasos kilómetros de la afamada ciudad de Cuzco. Estas montañas presentan la segunda mayor concentración de glaciares del Perú, con 450. Son seis picos por encima de los 6.000 metros, con su máxima altitud en el Apu Ausangate, que llega a los 6.372. Cuenta la mitología que el Apu Ausangate es uno de los doce protectores de la ciudad sagrada de Cuzco y Machu Pichu”
"Como guía de montaña, a lo que me dedico profesionalmente desde hace más de cinco años, me ha tocado conducir un fantástico grupo deseoso de aventura. El recorrido alrededor de esta montaña es de unos 80 kilómetros recorridos en cinco días. De un modo u otro la idea es darle la vuelta a esta majestuosa montaña".
“El recorrido parte del poblado de Tinqui y nos lleva hasta la aldea de Pacchanta, donde se puede disfrutar de unas maravillosas termas a más de 4.000 metros de altitud. Desde aquí nos dirigimos al collado de Campa, lugar con unas vistas espectaculares del macizo, donde destaca la presencia de la Aguja Pacchanta”.
Tengo entendido que las condiciones meteorológicas no fueron las mejores.
"En el campo base del Ausangate nos sorprendió una increíble nevada nocturna que nos obligó a modificar el recorrido del trekking. Una vez pudimos abandonar el campamento, el trekking recobró total normalidad hasta alcanzar la aldea de Finaya. El paisaje empieza a llenarse de lagunas y montañas multicolores en las cercanías de Vinicunga, la llamada Montaña de los Siete Colores. Desde aquí ya solo nos queda tomar el descenso hasta Chillca y volver por las escarpadas carreteras hasta Cuzco, poniendo fin así a esta inolvidable aventura en las montañas del Perú”.
