LA CONTRACRóNICA

Liquidación por cierre

Quo vadis? es una frase latina que significa ¿A dónde vas? y si ya tuvo la AD Ceuta FC su miércoles de ceniza con la 'manita' ante el Sanluqueño llega la historia que gira en torno a San Pedro que en el camino se encuentra con Jesucristo que iba cargando una cruz.

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photo_camera El Ceuta se impuso al CD Alcalá por 2-0 en un partido disputado en un Murube casi vacío/ FRAN SAVÁN

Pedro, al verlo, le pregunta: Quo Vadis, Domine? (¿A dónde vas, Señor?) a lo que Cristo contesta: "Romam vado iterum crucifigi" ("Voy hacia Roma para ser crucificado de nuevo").

Pedro, avergonzado de su actitud, vuelve a Roma a continuar su ministerio, siendo posteriormente martirizado y crucificado cabeza abajo.

Y tras la Resurección y el purgatorio, tras la eliminación de la Copa de Regiones UEFA donde los jugadores llevaban un chándal, desayunaban y comían como Dios manda se les recordará con el martirio a San Pedro con la Basílica que lleva su nombre en el Vaticano.

Y viendo los carteles de la calle González de la Vega me viene de perillas el título a la columna y viendo todo lo que acontecía alrededor del partido entre el Ceuta y el CD Alcalá.

Una alegría por la añoranza al ver los jóvenes de la cantera haciendo ejercicios en la banda para olvidar a los que se fueron, porque la ilusión nos la pusieron los Enrique, Atheba, Corbacho, Adri Paz y el goleador Prieto, sigue la ausencia por la lesión de Luis Zambrano y como un hermano da la cara por un hermano y no se sabe como los Yunes y Chakir no salen en la lista siquiera de convocados.

Si la humanidad se palpaba el pasado año al entrar uno al paso de vestuarios viendo que la Tercera es comerte en un pasillo un bocadillo y un refresco tras una ducha, el partido ante el Alcalá era el minuto de silencio por la ausencia de los recogepelotas que quizás  por una camiseta y un peto se les animaba a que estuvieran en los fondos y las bandas y no ver a los futbolistas saltar la valla como Nadia Comanecchi con el riesgo de lesión que ya no está ni Moga ni Mauco para salir con el agua milagrosa.

Y para remate ver a un colaborador del club que emulando a los trapecistas de los circo, tanto te corta las entradas que las vende, que pregona la alineación de los equipos y presumía de los logros por remangarse por el club de sus amores.

Y a la media hora los jugadores pidiendo el agua a los banquillos me doy cuenta que no funcionaron ni siquiera los aspersores para enfriar el césped que tiene las mismas hojas que el árbol que pone mi nieto por Navidad y que en la segunda parte era unas cuchillas y un anafe de pinchitos de lo que hierve el campo, y los futbolistas pidiendo la hora que en mis cuarenta años de fútbol jamás había visto meter dos prolongaciones en un partido que ya no tenía ni color porque la paella esperaba a los aficionados.

El estado de abandono y dejadez de tantos detalles deja al descubierto que el Ceuta pueda ser a falta de seis o siete jornadas pendiente del partido ante el Gerena, el hazmerreír de Andalucía y del Grupo Décimo por la sarta de despropósitos y el salvesé quien pueda, y claro ya los aficionados hacen memoria y recuerdan a Jose Antonio Asián y su imbatibilidad el pasado año en el Murube o los gritos de ¡vete ya! a Juan Ramón cuando el equipo estaba pegado al play off y los jugadores foráneos  iban pidiendo el barco de ida pero sin vuelta porque se avecinaba a la espera del grupo inversor el cartel anunciador de ¡liquidación por cierre!