La UNED celebra mañana y el viernes la V edición del curso de otoño “Educación y Medios de Comunicación”. Entre los ponentes se encuentra el profesional de los medios, Javier Aroca, periodista de La Sexta y de La Cadena SER. Un contertulio político que no deja pie con cabeza.
¿Qué le va a ofrecer a los participantes al curso?
Mi ponencia es la primera y lleva por nombre "Tertulias: democracia masiva". He decidido titularla así porque, últimamente, debido a mi actividad, la gente me reclama, quieren saber qué significa eso de las tertulias, cómo las vivimos, quiero dar mi punto de vista.
Con mi experiencia, he llegado a la conclusión de que las tertulias políticas suponen una ampliación del espacio público de la confrontación política. Estos espacios, independientemente de sus defectos, están consiguiendo una implicación y el despertar del interés político en muchísima gente que de otra manera no tendrían acceso.
Cada día hay más personas que asisten al debate a través de la televisión o de la radio.
¿Hasta qué punto influyen los medios en las personas?
En todos los aspectos y mal nos iría sino fuera así. La educación y la comunicación forman parte inseparable la una de la otra, y de la propia democracia. No hay democracia sin comunicación, no hay democracia sin educación. Comunicación de arriba a abajo, del poder a la gente, y viceversa.
¿Es acertado utilizar los medios para educarse?
Es cierto que una persona se forma leyendo un periódico, escuchando la radio o viendo la televisión. Al mismo tiempo, hay muchos medios que deforman la educación e influyen en una mala formación. Poniendo el ejemplo de la democracia, soy consciente de que existen medios que se dedican a falsearla o pervertirla.
¿Qué futuro le augura a los medios de comunicación?
Depende del medio que sea, unos están resistiendo mejor que otros. Los medios de comunicación están en un proceso de cambio profundo donde la economía y la subsistencia tienen mucho que ver.
La precarización de la profesión y de las empresas periodísticas hace que el periodismo, como concepto democrático, esté en crisis.