Frontera reabierta, día 1: crónica de la vuelta a la normalidad

La Frontera de El Tarajal ya ha abierto sus puertas. Y tras el frenesí de las últimas horas, todo discurría en la mañana de este martes con un ritmo muy parecido al de los últimos dos años y medio.

“¿A la frontera? Jefe, que raro es escuchar esto”, nos dice el taxista cuando le indicamos nuestro destino. “En dos años y medio, creo que he hecho dos o tres servicios ahí. Antes no salíamos del lugar”, confiesa. “Eso si, la semana pasada vino una turista, le hice un recorrido por la ciudad y pidió ir a ver la frontera, por donde entró la gente a la carrera hace un año”.

Exactamente. Hace un año, el despliegue de policías y medios de comunicación también era importante, pero no por la apertura pactada y más o menos ordenada de la ‘puerta’ que separa España de Marruecos, sino por todo lo contrario: la mayor entrada masiva por tierra en la historia de nuestro país.

En el Tarajal, el ambiente es de absoluta normalidad. De hecho, la estampa a primera hora de la mañana era bastante similar a las de hace algunos días a esa hora. Solo algunos medios de comunicación nacionales apostados convenientemente sobre la mediana significaban, en si mismos, un cambio con respecto a hace diez, veinte o cincuenta días en la frontera de Ceuta. El simbólico autobús número 7, el de la Frontera, completaba sus dos primeros viajes con un vacío absoluto en el primero y con algunos escolares en el segundo.

Pero todo no era, exactamente, como hace una semana. Prueba de ello son dos ceutíes que no han podido esperar más antes de disfrutar de su casa de Marruecos. “Hemos estado viniendo aquí cada tres meses, por el tema de la documentación, y ahí había una chica que nos limpiaba la casa y la mantenía, pero ahora vamos a ir a disfrutar de la casa de Marruecos para unos cuantos meses”.

Los primeros ciclistas también cruzan la frontera, a escasos metros de la única cafetería del lugar. “La he tenido abierta durante estos meses porque al menos, con los agentes de la Policía y la Guardia Civil, tenía algo de clientela, pero el 98% de nuestro público habitual lo he perdido”, dice su propietario, Hamadi.

Por ahí también aparece el presidente de la FPAV. Francisco García Segado, al frente de las Brigadas Verdes, explica que están “terminando de adecentar las jardineras”. Las Brigadas se han desplegado “en las últimas dos semanas, y aún queda faena”, admite. Eso en cuanto al trabajo de sus subordinados: sobre la reapertura en si, el dirigente vecinal considera que “nosotros apostamos por una frontera abierta, pero segura y ordenada”. Le llama la atención que haya vigilantes privados de seguridad, “que no están capacitados ni para abrir un capó y no esté la Guardia Civil, con lo que le estará costando dinero al ciudadano. Para eso, hubiera preferido al Ejército”, dice.

Los taxistas -volvemos a ellos- no lo tienen del todo claro con la parada. “No sabemos si esto va a ser definitivo, pero no nos gusta el sitio que nos han dejado”, lamentan. Mientras, en lo que será el futuro Centro de Salud del Tarajal, decenas de curiosos se arremolinan para ver como marcha el primer día con la frontera abierta.

En cifras, y según Delegación del Gobierno, anoche salieron hacia Marruecos 827 personas y 171 vehículos; desde Marruecos hacia España la cifra es de 318 y 134. Pero, poco a poco, la frontera vuelve a estar abierta. De modo muy incipiente, pero con más tranquilidad, por supuesto, que hace 365 días…

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