Las restricciones al paso de coches-patera alivian, por primera vez, el tráfico rodado en la 352

Las nuevas medidas adoptadas por las autoridades españolas han permitido reducir drásticamente el número de vehículos dedicados al acarreo de mercancías que entran a diario en la ciudad.

Una paz relativa ha retornado este miércoles a la carretera nacional 352. Las medidas adoptadas por la Delegación del Gobierno con el apoyo de la Ciudad han permitido instaurar una tregua en el caos en el que desde hace días se encontraba sumida la vía de acceso al paso fronterizo de El Tarajal.

Desde la mañana, agentes de la Guardia Civil comenzaban a desviar hacia la explanada de El Chorrillo a los vehículos dedicados al transporte de mercancías, una estrategia que ha sido posible gracias a las limitaciones de entrada a Ceuta impuestas en la frontera. Las autoridades españolas impartían instrucciones a los cuerpos de seguridad destacados en el puesto de El Tarajal para vetar el acceso de los denominados coches-patera a la ciudad desde las once de la mañana.

Los policías locales han dado escolta a grupos de vehículos estacionados en la explanada hasta los cruces donde se hallaban los agentes de la Guardia Civil, quienes han canalizado el paso hacia El Tarajal al ritmo en el que el lado marroquí ha ido absorbiendo el tráfico.

Las restricciones al paso de los vehículos que acceden a Ceuta con el propósito de cargar y trasegar mercancía de vuelta a Marruecos se han traducido en una considerable reducción del número de automóviles en circulación por la carretera nacional. La medida se adoptaba tras las dos jornadas de colapso vividas esta semana en la 352.

La decisión de las autoridades españolas, sin embargo, ha tenido consecuencias inmediatas al otro lado de la frontera. Los conductores de los coches-patera han protagonizado algaradas en territorio marroquí y han llegado a organizar concentraciones para impedir el paso a Ceuta del resto de automóviles.

Según las estimaciones de las autoridades, el número de automóviles que han atravesado la frontera durante las últimas jornadas ascendió a 12.000 diarios, el 80 por ciento de los cuales son vehículos dedicados al trasiego de mercancía.

 “Todo el mundo está contento: el colegio, los autobuses, los taxistas…”, celebraba el consejero de Gobernación, Jacob Hachuel, los inmediatos resultados cosechados por la medida.

Los profesionales del transporte público eran los primeros en valorar la nueva situación. “Un cambio de la noche a la mañana”, confesaba el gerente de la empresa de autobuses urbanos Hadú-Almadraba, Manuel Cuéllar. “De un verdadero caos, digan lo que digan, hemos pasado a una situación idílica y aspiramos a que pueda continuar así”, se asombra el directivo de la empresa.

Cuéllar se ha mostrado reconfortado al pensar que los problemas en la nacional podrían quedar atrás de una vez por todas. “Hemos tenido a algún conductor al borde de un ataque de nervios, han estado estos días hasta tres horas en atascos, han sido increpados por usuarios porque no podíamos cumplir con nuestro servicio y la situación era penosa”, describe.

El presidente de la Asociación Profesional de Auto-Taxis, Julio Pérez, comparte el entusiasmo de Cuéllar y destaca la presencia de los agentes de la Guardia Civil en cada uno de los cruces más conflictivos. “Esto ayer no estaba sucediendo: el trabajo lo asumieron los policías locales”, recuerda Pérez. El representante del sector ha mostrado su confianza en que la normalización de la carretera pueda mantenerse en el futuro. “Esto está hoy como hace quince años –se felicita el taxista- ¿Mañana será igual?: quiero creer que sí”.

 

300 euros por porte

El atractivo económico que ofrece el transporte de mercancías a los particulares ha multiplicado exponencialmente el número de personas interesadas en ejercer este trabajo. Algunas fuentes señalan que en la actualidad se estaría pagando hasta 300 euros por cada porte a través de la frontera.

Los generosos beneficios obtenidos con el ejercicio de esta práctica han hecho que muchos ceutíes se hayan enrolado en las filas de estos improvisados transportistas.

La decisión de limitar la entrada de los coches patera hasta las once de la mañana forma parte de las iniciativas que, a modo de prueba, vienen poniendo en práctica las autoridades españolas a fin de modular una solución definitiva para el control de los flujos de vehículos.