¿Hasta cuándo aguantan las reservas? La fiebre del aprovisionamiento empieza a “pelar” los super

Desde hace una semana solo unos pocos camiones han accedido a la ciudad. Los frescos, aceite y leche son los principales productos que escasean.

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photo_camera Los lácteos se han convertido en uno de los principales productos para hacer acopio. (C.A)

Sin fruta. Apenas se pueden encontrar unas naranjas, kiwis o piña. Las reservas de verdura están en la misma línea. Complicado encontrar tomates. Los compradores intercambian opiniones en busca de algún hueco donde rascar las últimas reservas. “Está todo pelao”.

Es la imagen que ofrecen algunos supermercados de la ciudad. La cantidad y la variedad depende del que se sortee, como también lo hace en los negocios especializados. Una estampa que se repite en secciones de carnicería, y en los estantes de aceite y leche, cuya carestía obedece a una especie de alarma social. Ya no apremia la compra de papel higiénico, ahora estos productos se posicionan en el ‘top five’ del aprovisionamiento.

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Temor a la ausencia de productos. Angustia. No es un temporal que deja tres días aislada a la ciudad. Este lunes cumple una semana, y las preguntas proliferan. ¿Qué voy a comprar y dónde? ¿Hasta cuando va a durar esta huelga? ¿No existe una fórmula para que accedan los transportistas a Ceuta? Son las cuestiones de los corros que se forman en los comercios y a las que, hasta ahora, nadie les ha dado respuesta.

Ecos al fondo, dos cajeras quejándose sobre el hecho de desconocer hasta cuando se va a prolongar una huelga, la del transporte-que requiere capítulo aparte- y que está generando una crisis nacional. En juego, no solo están las despensas ciudadanas, sino miles de puestos de trabajo pertenecientes a la cadena de todo el sector alimentario. Desde agricultores, ganaderos, almacenes a supermercados.

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Mientras tanto, un grupo de jóvenes que se aprovisionan, pero de otras reservas (las del fin de semana) se jacta acerca de las ingentes reservas de alcohol

Las cajeras han hecho un parón en su charla-discusión-indignación, para atender a la clientela que sigue tirando del hilo. “Está todo…”, comienza la clienta. “Si, pelao”, termina la frase la empleada. “Desde el jueves no entran camiones, está toda Algeciras rodeada de piquetes”.

“Pues creo que (dice el nombre de otro supermercado) ayer les entró algo”, comenta la otra empleada que se incorpora a la conversación. La clienta se interesa. Probablemente alargue su ruta de compra en busca de los productos que no ha encontrado.

La busca y captura se está convirtiendo con más fuerza en un deporte local, que tiene como objetivo hacer acopio y llenar despensas hasta reventar, como si del precedente de una guerra se tratase.