La reparación de los daños que el fuego de septiembre causó en los embalses, de emergencia

Los embalses de El Renegado y El Infierno forman parte del sistema de abastecimiento de agua potable de la ciudad, lo que los convierte en infraestructuras críticas para el correcto funcionamiento de este servicio básico.

Incendio declarado en García Aldave el pasado septiembre (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Incendio declarado en García Aldave el pasado septiembre (C.A./ARCHIVO)

El Consejo de Ministros, a propuesta del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (MITECO), ha declarado la emergencia de las actuaciones y reparaciones de los daños causados por el incendio forestal del pasado septiembre en los embalses de El Renegado y de El Infierno. Estos trabajos tienen un presupuesto asignado de 245.960 de euros. Las obras comenzarán de inmediato.

Entre las actuaciones se contempla reponer la tubería que lleva agua al depósito principal, así como su instalación eléctrica y todo lo necesario para su correcto funcionamiento, para asegurar este servicio básico a todos los trabajadores de los embalses. Además, se repararán las puertas de acceso a las instalaciones que se han visto afectadas y el vallado perimetral, de manera que se pueda garantizar la seguridad de las instalaciones.

El mayor incendio de la historia

El que se declaró el 8 de septiembre de este año fue calificado por las autoridades locales como el mayor incendio de la historia de Ceuta. El fuego fue extinguido tras arrasar más de 130 hectáreas de zona forestal. Las llamas obligaron a desalojar a más de 60 personas y requirieron la activación de la Unidad Militar de Emergencias (UME).

El incendio envolvió el perímetro de las viviendas de los empleados de las presas, la instalación de agua potable y la instalación eléctrica que experimentaron desperfectos. Además, la mayor parte de la cuenca vertiente al embalse de El Renegado resultó calcinada, lo que ha dado lugar a la existencia un importante riesgo de arrastre de suelo y cenizas, que tendrían como consecuencia la pérdida de capacidad de almacenamiento.

Los dos embalses forman parte del sistema de abastecimiento de agua potable de la Ciudad Autónoma, siendo, por tanto, dos infraestructuras críticas para el correcto funcionamiento de este servicio básico. La Confederación Hidrográfica del Guadalquivir tiene a su cargo la explotación de ambos embalses situados en Ceuta.