Trace es historia. La limpieza viaria y la recogida de basura de la ciudad la gestionará, previsiblemente desde algún día de abril, la Ciudad Autónoma. De forma directa y a través de una nueva sociedad pública municipal que integrará en su plantilla a los algo más de 500 trabajadores que figuran a día de hoy en la plantilla y que, en teoría -nada se ha dicho en el Pleno- está aún por estudiar quiénes en función de la antigüedad, con algunos ilustres nombres y nóminas polémicas por dirimir. Pero no a los 122 peones de las Brigadas Verdes, como ha defendido, de forma vehemente, Ceuta Ya! que debe hacerse y anunciando “problemas” de tipo legal por eso.
Tanto así que el Pleno ha aprobado asumir las conclusiones de la Memoria Técnica construida por dos cargos políticos, la directora general de Medio Ambiente, Cristina Zafra, y el gerente de Acemsa, Juan Manuel Sánchez Valderrama, que Ramírez ha hecho pasar por técnicos, en un agrio debate con el portavoz de Ceuta Ya!, Mohamed Mustafa. Lo ha hecho con todos los grupos votando a favor, también el PSOE, y con las únicas dos abstenciones de los dos diputados localistas de Ceuta Ya!, cuya posición merece pieza a parte.
Y acto seguido, como consecuencia de esa aprobación, el Pleno le ha dado el visto bueno, aquí sin fisuras, al primer expediente de modificación de crédito del año para crear tres partidas de un euro cada para sustentar a la futura empresa municipal, que ya tiene nombre: Servicios de Limpieza Pública de Ceuta SL.
El debate más allá de la aguerrida defensa de su abstención por parte de Ceuta Ya! No ha aportado grandes cosas nuevas a un proceso que como bien ha señalado el consejero de Fomento y Medio Ambiente y Servicios Urbanos, Alejandro Ramírez, ha sido sometido al escrutinio público desde hace meses.
Ramírez ha resumido al final en su última intervención las cuestiones claves que alientan la municipalización desde el punto de vista del Gobierno:
“Es una oportunidad”, como mantiene el Ejecutivo. La titularidad del servicio ya es de la Ciudad, y a día de hoy la propia Administración local cuenta ya con una “concesión administrativa de la Autoridad Portuaria para dotar al servicio de instalaciones propias, está en licitación la construcción de la nueva base, el servicio cuenta ya con una estructura integral y definida de su plantilla y la Ciudad ya lo abona todo”. Lo único que cambia ahora es que en lugar de pagar a una empresa con su beneficio industrial incluido en la tarifa, asumirá la gestión directa del servicio.
En cierto modo, Ramírez no ha ocultado que la apuesta por municipalizar el servicio supone toda una enmienda en sí a la gestión del Ejecutivo durante más de dos décadas, bajo la explotación de Urbaser primero y Trace después. “Todos coincidimos con esto ¿quién está satisfecho a día de hoy con el servicio?”, se ha preguntado en alto Ramírez, como si no hubiera ninguna responsabilidad en esa insatisfacción por parte del Gobierno de la Ciudad.
En un giro de guión en el relato cuanto menos raro ha sido esta vez el propio Ramírez el que ha apelado a las hemerotecas para rastrear la ristra de quejas vecinales, políticas y de asociaciones sobre el estado de la limpieza en la ciudad. Aunque luego haya defendido que en el pasado la ciudad recibía reconocimientos por su limpieza, lo que le ha afeado después la portavoz del Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía de Ceuta, Fatima Hamed, preguntándole si se refería a reconocimientos que se pagaban.
Por eso, por la situación del la limpieza y por que la Administración cuenta ya con todos los medios, salvo los humanos, Ramírez ha apostado por hacer algo, un “cambio radical”, prometiendo lo que ha negado en alguna ocasión en los últimos meses en público: que el servicio mejorará.
Ramírez ha anclado su defensa de la municipalización en esa mejor, en el “mayor ahorro”, señalando al beneficio industrial y a los 25 millones anuales, 250 millones en 10 años ha citado que cuesta el servicio externalizado. Aunque la realidad es que para introducir mejoras en las playas y en los baldeos el presupuesto de la empresa municipal se va a ir a los 30 millones anuales. Sin ir más lejos, Hamed, le ha apuntado que la última certificación mensual de Trace asciende a 2,4 millones. Multiplicado por 12 arroja 28,8 millones anuales.
“Otro aspecto importante es la flexibilidad a la hora de tomar decisiones. Se acabaron los servicios extraordinarios, los pleitos por ellos. Fin a las limitaciones. No vamos a recordar lo que pasó en 2021. Nos permitirá una mayor agilidad y flexibilidad en los servicios básicos y una mayor eficiencia de manera global al coordinarlo con los recursos propios de la Administración”, ha explicado Ramírez.
Además, en su todo son ventajas, Ramírez ha añadido la “estabilidad garantizada a los trabajadores”. Garantizando una mayor suficiencia financiera. A partir de ahora las subidas salariales de la plantilla ya no se harán en negociaciones a cara de perro con una huelga en fechas claves sobrevolando la mesa de negociación sino que estará sujeta a lo que dicten los Presupuestos Generales del Estado en cada ejercicio.
Y para las nuevas contrataciones, al ser función pública, se garantizará, según Ramírez el acceso en igualdad, capacidad y mérito.
“El importante objetivo que buscamos no es otro que mejorar la calidad de los servicios”, ha resumido el consejero.
A esta situación se ha llegado tras el anuncio lanzado de estudiar la mejor opción por el presidente Vivas en medio de la campaña de las pasadas Elecciones Municipales, el mayo pasado. Pero también, como ha recordado el propio Ramírez por los múltiples problemas que ha arrastrado el servicio en la última década, con un pliego viciado, que él mismo ha reconocido que se hizo en el “peor momento económico de todas las administraciones públicas”. Eso ha provocado, según su relato “muchísimos problemas” e “imposibilidades para acometer los servicios extraordinarios”. “Una base obsoleta, falta de recursos humanos”, etc.
PSOE, a favor por historia, pero con la lupa puesta
El PSOE, al que el debate le está costando una crisis interna sin precedentes, ha acabado por votar a favor de la municipalización. “Tras analizar el informe y escuchar al comité de empresa”, según ha explicado su portavoz este jueves, el vicepresidente, Melchor León.
León se ha esforzado por recordar que el partido, como es habitual en las posiciones progresistas, ha defendido históricamente la asunción de los servicios públicos con medios propios. No lo ha dicho, pero lo cierto es que el candidato Manuel Hernández lo llevaba en su programa de 2019. Aunque en la pasada campaña, Gutiérrez, renegara con todo de la municipalización como idea lanzada por Vivas. Este jueves, Gutiérrez estaba ausente del Pleno.
Pero más allá del sí, León ha señalado el camino que va a seguir su formación: “Fiscalizaremos la gestión. Ya no le valen excusas al señor Vivas, ni esconderse detrás de un pliego de condiciones, especialmente en las barriadas de la periferia. Desde ahora la responsabilidad es al 100 por 100 suya”, le ha espetado León.
“Y no nos olvidamos de los trabajadores. Y también de los 122 de las Brigadas Verdes. Exigimos al Gobierno un compromiso firme y una solución para estas familias cuyo futuro está en el aire. Creemos que es una cuestión de justicia”, ha cerrado León.
León ha prometido fiscalizar la labor del Ejecutivo en la nueva empresa para que no acabe como otras sociedades municipales en escándalos de corrupción (Emvicesa) o en quiebra (Hotel Puerta de África).
Redondo saca pecho
El portavoz y líder de VOX, Juan Sergio Redondo, no ha dejado pasar la oportunidad de colgarse la medalla de la municipalización. Con pompa, es el único que ha optado por subirse al atril y no hablar desde su escaño. Lo primero que ha hecho es sacar una portada de prensa en la que se censuraba a la formación tras perder en el Pleno la propuesta para municipalizar el servicio en la pasada legislatura.
La hemeroteca es así y hay para todos los gustos. Antes de lanzar VOX la propuesta, el Pleno ya la había debatido. La había llevado Caballas y VOX los tildó de comunista, cierto que entonces gobernaba con el PP.
“A la tercera va la vencida. Al final será realidad por la imperiosa necesidad”, ha defendido Rendo. “Una empresa fantasma estaba haciendo caja con el dinero de todos los ceutíes”. Por eso para Redondo la municipalización es “la única fórmula viable para liberarnos de esa cadena”, algo que para su partido se entiende como “una tarea fundamental. Era lo justo y lo decente, liberar al contribuyente de ese pulso del Gobierno de Vivas y de una empresa que ha esquilmado las arcas públicas, concurriendo a un concurso con una baja temeraria de 11 millones de euros hace 10 años para explotar un contrato que en 2023 ya rondaba los 20 millones anuales. Un auténtico chiringuito de colocación laboral, el más grande de Ceuta”, ha acusado Redondo.
“Secuestro polítco y chantaje económico”, son otras de las expresiones usadas por Redondo para referirse a Trace. También ha cargado contra la hoy delegada del Gobierno, Cristina Pérez, por sostener el argumentario en contra de la municipalización en el debate de la pasada legislatura cuando VOX lo propuso.
La ha usado como enganche para congratularse de la labor de los delegados de su sindicato, Solidaridad, en la plantilla de la empresa, que ha pasado de ser reacia a la municipalización a apoyarla con convencimiento.
MDyC
Hamed ha votado también a favor, y ha defendido en sus intervenciones tener el compromiso del Ejecutivo de dar solución a la no integración ahora de las Brigadas Verdes en la nueva empresa. Pero su voto a favor no le ha impedido criticar al Gobierno por su gestión durante todos estos años.
“Dice el consejero que lo que ha venido haciendo el Ejecutivo con el servicio de limpieza ha sido porque para ellos es esencial. Pues menos mal. Porque la gestión ha sido pésima. Tremendamente lamentable. No han sido capaces de rescindir el contrato en ningún momento. 25 millones de euros al año y estando todas las calles de Ceuta hechas una porquería. Todas. Literalmente todas”, ha acusado Hamed.
La líder de MDyC es otra firme convencida que el paso que se da este jueves de municipalizar el servicio servirá para mejorar el servicio y que Ceuta tenga sus calles limpias, todas también. “Lo mismo en Pasaje Recreo que en la calle Fuerte”, ha dicho Hamed.
La localista tampoco ha escatimado críticas a la empresa que ha explotado el servicio la última década para señalar que hay cosas que se acabarán por fin como por ejemplo “pagar 1,2 millones por echar agua con lejía en nuestras calles”, aunque aquí se lo ha afeado no sólo a la empresa, sino también a Vivas. Al que ha acusado de “ordenar que no se recurrieran determinadas resoluciones que iban en contra de las arcas municipales y que hemos pagado entre todos”.
Para Hamed “lo mejor que se podía hacer era rescatar el servicio y que se haga a través de una empresa municipal. Lo primero es que la ciudad esté más limpia, o al menos limpia. Porque la limpieza ha brillado por su ausencia estos años, a no ser que hablemos de la limpieza del bolsillo de los contribuyentes”, citando de nuevo los 25 millones de euros.
Hamed ha añadido a las bondades de la municipalización casi los mismos argumentos que Ramírez: estabilidad de la plantilla y que el servicio deje de ser “un despilfarro de dinero público”, además de mejorar los resultados del servicio.
Ella también ha prometido fiscalizar la gestión del Gobierno.
La limpieza viaria y la recogida de basura será municipal de ahora en adelante. Previsiblemente a partir de abril. Queda formalizar la creación de la sociedad, subrogar a la plantilla y dotar la partida creada hoy con cantidades económicas acordes a lo que va a costar a las arcas públicas, porque a pesar de los reiterados argumentos al despilfarro que suponía el servicio y al ahorro, que nadie se lleve a engaño, la memoria consagra no sólo la idoneidad de que el servicio se explote con medios propios, también que de ahora en adelante costará este primer ejercicio 30 millones de euros, que no saldrán de los billetes que encuentren en el suelo los nuevos trabajadores municipales, sino del mismo sitio que salían los 16 millones al año con los que empezó explotando el servicio Trace hace ya 11 años.
