Mustafa Maya Amaya, el ciudadano español de etnia gitana que se convirtió al islam y se dedicó a reclutar y enviar combatientes para organizaciones terroristas como Al Qaeda o Daesh, ha sido detenido de nuevo este lunes en Melilla por la Comisaría General de Información de la Policía Nacional. Maya ya había sido arrestado en 2014 y condenado en 2018 por la Audiencia Nacional a 8 años de cárcel, que cumplió hace un año.
Su detención se produce en un contexto de alerta antiterrorista tras la orden del Ministerio del Interior de reforzar la seguridad de las legaciones diplomáticas y los actos religiosos ante el incremento de la conflictividad en Oriente Próximo. Melilla, donde viven 1.200 judíos, ha sido escenario de incidentes antisemitas en los últimos días, con ataques a la sinagoga de la ciudad y quema de banderas de Israel por parte de un grupo de radicales.
Maya fue condenado en 2018 por liderar desde 2012 «una de las mayores redes de captación y envío de radicales para su incorporación a organizaciones terroristas de corte yihadista, insertadas en el movimiento e ideario de la ‘yihad global’», según el fallo judicial. Los servicios antiterroristas han constatado que, tras salir de prisión, el cabecilla yihadista no se había arrepentido y había retomado su actividad de reclutamiento en los últimos meses.
