La Guardia Civil adquiere más radares para detectar pateras y narcolanchas

El contrato establece el suministro de 18 radares.
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La Guardia Civil avanza en su plan modernizar su Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) encargado de detectar e identificar las narcolanchas y las pateras de inmigrantes que se aproximan a las costas españolas. El Instituto Armado ha adjudicado a la empresa española Advance Radar Technologies (ART) un contrato, el segundo este año, para el suministro de radares de vigilancia marítima para las estaciones del sistema de vigilancia por 4,5 millones de euros.

El SIVE está formada por estancias fijas con radares y cámaras desplegadas en diferentes puntos de la costa española desde Huelva hasta Tarragona, las islas Baleares y Canarias, y la provincia de Pontevedra. La Guardia Civil ha fijado entre sus prioridades en el aparado de material, la modernización de los equipos que componen este sistema, en muchos casos con una tecnología obsoleta ya.

ART instalará 18 nuevos radares entre 2023 y 2025, a razón de seis al año. La mitad de ellos irán a parar a las estaciones de vigilancia del sistema que hay en las islas Canarias y la otra mitad a los despliegues fijos en la costa peninsular. El contrato no detalla las estaciones que será dotadas de nuevos radares.

El objetivo de este contrato es instalar radares con mejores prestaciones para la vigilancia, detección, identificación, reconocimiento y seguimiento de embarcaciones de diferentes dimensiones y en condiciones de mar variables. Así como mejorar la disponibilidad operativa a través de unos procesos de mantenimiento de los procesos de mantenimiento de los equipos más sencillos, gracias a los avances técnicos y logísticos.

Despliegue del SIVE

El Sistema Integrado de Vigilancia Exterior (SIVE) consta en la actualidad  con estaciones de sensores fijos en las comandancias de la Guardia Civil en las provincias de Huelva, Cádiz, Algeciras, Ceuta, Málaga, Granada, Almería, Murcia, Alicante, Valencia, Castellón, Tarragona, Islas Baleares, Gran Canaria, Tenerife y Pontevedra. Además, se disponen de unidades móviles que permiten ampliar la capacidad vigilancia, en caso necesario, en zonas donde no exista cobertura de los despliegues permanentes. Su misión principal es vigilar las aguas españolas y su entorno y detectar y reconocer tanto pateras de inmigrantes, como embarcaciones y lanchas utilizadas por redes que trafican con droga.