Una mujer amenaza con dar al traste con las relaciones entre París y Argel

El periodista Ignacio Cembrero asegura que el apoyo de Francia a la opositora argelina Amira Bouraoui pone en peligro el nuevo ambiente de entendimiento entre París y Argel. 

francia argelia

Las relaciones entre París y Argel viven un momento crítico a causa de la ayuda que las autoridades francesas han prestado a Amira Bouraoui, una de las activistas más reconocidas de la oposición al gobierno argelino. Así lo constata el periodista Ignacio Cembrero en una información publicada en «El Confidencial». 
Según informa el periodista español, Bouraoui, ginecóloga de 46 años, estaba siendo acosada por el régimen argelino por sucesivas condenas por ofensas al islam, al presidente de la República o a la seguridad nacional. Pendiente de cumplir una pena de cárcel en mayo, la opositora estaba en el punto de mira del gobierno por su labor como periodistas en la emisora Radio M.  
Bouraoui consiguió hacer valer su doble nacionalidad franco-argelina para huir a Túnez. Las autoridades tunecinas intentaron frenar su fuga con vistas a extraditarla a Argelia, lo que habrían conseguido de no intervenir las autoridades francesas. 
La mediación de París ante el Gobierno de Túnez permitió la salida de Bouraoui a Francia. 
La mediación de la diplomación francesa irritó a Argelia, que llamó a consultas al embajador de Francia para mostrar su malestar por lo que consideró una violación de la soberanía nacional por propiciar lo que consideró una «operación clandestina e ilegal de exfiltración de una ciudadana argelina cuya presencia física en el territorio nacional fue ordenada por la justicia argelina".

Según detalla Cembrero en su información, Argelia ha advertido de que las relaciones franco-argelinas podrían verse afectadas, sobre todo, tras el acercamiento que acabaría por llevar al presidente argelino, Abdelmadjid Tebboune, a visitar París el próximo mayo. 
Precisamente la aproximación del presidente francés Emmanuel Macron a Argelia había ocasionado el distancimiento de Marruecos, que carece de embajador en París después de que el titular haya sido nombrado para otra encomienda y no haya sido sustituido.

El caso Bouraoui  ha puesto en peligro las recién relanzadas relaciones franco-argelinas justo cuando estaban viviendo su momento más dulce.