Ir de 'embajador' de 'su' tierra para acabar 'jugando a abogado del diablo' es una dicotomía al alcance de muy pocos, pero el presidente de Vox en Ceuta es capaz de hacerlo, sin despeinarse.
Mientras otros representantes políticos ceutíes han asistido a comités o interparlamentarias sin una mala palabra para la ciudad ni para sus vecinos (este ha sido el caso de las intervenciones de Juan Vivas, en la interparlamentaria del PP y de Juan Gutiérrez, en el Comité Federal del Psoe), Redondo (fiel a sí mismo) ha transmitido una imagen catastrofista de Ceuta. Según sus palabras, la ciudad atraviesa una situación "crítica y grave" como si de un enfermo terminal se tratara.
Redondo trató, en la interparlamentaria, materias importantes como "la inmigración y la inseguridad y hemos querido relacionar estos dos aspectos tan importantes, como dramáticos, con el turismo". Una promoción turística de dudosa calidad.
Manuel Gavira, diputado por Cádiz de Vox Andalucía (padre, esposo y hermano según su descripción en su cuenta de Twitter) acompañó las afirmaciones de Redondo haciendo referencia a "una jornada con nuestros compañeros de la España africana, con los compañeros de Ceuta y de Melilla".
Gavira señaló que la delegación "ha trasladado sus quejas, sus reclamaciones, sus lamentos, sus penas. Eso que están sufriendo en esas tierras españolas. Nos han hablado de inmigración, de inseguridad. De esas culturas incompatibles con las nuestras que están invadiendo nuestra tierra, que sufre el maltrato y olvido de todo el consenso progre. Desde Andalucía, seguiremos trabajando para que Ceuta y Melilla sean consideradas lo que son: ciudades hermanas.”
A diferencia de otros representantes públicos de Ceuta, Redondo 'arrima el ascua a su sardina' aunque para ello tenga que hacer de un grano de arena, una montaña.
