Si Old Trafford es conocido como 'el Teatro de los Sueños', el salón de plenos de la Asamblea es, para una minoría de los diputados, 'el teatro de la política' de Ceuta, donde todos los meses (salvo en agosto) hacen una, dos o tres 'representaciones', ya sea en sesiones ordinarias, extraordinarias y de control al Gobierno.
Entrando en el salón de plenos, a la izquierda, se ubican los escaños de Vox, que trabajan sus interpelaciones y sus turnos de palabra con verdadero 'Método', guionizado y ensayado para aprovechar su cuota de pantalla, porque ese es el quid de la cuestión: la pantalla.
Las sesiones plenarias son televisadas y copan toda la atención de los medios de comunicación de la ciudad y Vox aprovecha aquello de 'salir en la tele' para poner 'toda la carne en el asador'.
Pero cuando los chivatos de las cámaras se apagan o en otros contextos, como en las Juntas de Portavoces o en las Juntas Generales, la situación es muy diferente. Tanto, que los diputados de Vox ni están, ni se les espera.
Antes de la última sesión de Control al Gobierno, celebrada este miércoles, los diputados tenían otra cita: la Junta de Portavoces, a la que, como es norma de la casa, Vox no asistió.
Sin cámaras, que retransmitan sus puestas en escena, el trabajo por y para los ceutíes ya no parece que sea trabajo, aunque la asistencia esté incluida en el sueldo.
Cabe recordar que por la asistencia a sesiones plenarias, comisiones y otros órganos de los que forman parte los diputados de Vox (como el ejercicio de la portavocía), los diputados perciben una asignación indemnizatoria. En la actualidad, esa remuneración económica ronda los 1.500 euros, mientras que la del portavoz del Grupo es de unos 1.800.
