Vox ha desplegado hoy en el pleno de la Asamblea el detalle de las filias y fobias que su partido cultiva desde su irrupción en la escena política.
Sus antiguos socios del PP, los medios de comunicación, los sindicatos, las asociaciones humanitarias -con especial referencia a las integradas por musulmanes ceutíes- la Universidad de Málaga, los proyectos sociales de la Fundación La Caixa y Cruz Roja y el Consejo de la Juventud han sido descalificados por el portavoz de Vox que, en un tono marcadamente electoralista, ha definido a la extrema derecha local como “la única alternativa social y patriótica” que puede encontrarse en Ceuta.
La primera diana de Verdejo ha sido el PP y su presidente, Juan Vivas. “Usted miente, no es de fiar”, ha espetado el parlamentario al dirigente popular antes de acusarle de someterse a “las influencias del lobby promarroquí de Ceuta”.
Verdejo se ha deleitado en la crítica a las asociaciones humanitarias con todo tipo de acusaciones, reproches que han alcanzado a Enfermos sin Fronteras (“se dedica a colapsar el sistema sanitario español con pacientes españoles”), Imán Warsh (“frecuentada por miembros de una red yihadista”, Intercultura (“una pantalla de Caballas”), Digmun (“atiende a mujeres marroquíes sin padrón y a menas”) y a Al-Idrissi, a la que ha afeado la organización de cursos de dariya,. Verdejo no se ha amedrentado a la hora de asegurar que el fomento de la enseñanza del árabe es “el fomento de la marroquinización”. El portavoz de la extrema derecha en la Asamblea también ha censurado el proyecto de Intervención Comunitaria Intercultural (Proyecto ICI) que desarrolla Cruz Roja, con la financiación de La Caixa, en San José-Hadú y La Almadraba.
La nómina de damnificados por Vox incluye también a los medios de comunicación (“prensa manipuladora”), al Consejo de la Juventud (“socialcomunistas”) y al sindicato Comisiones Obreras (“ya sabemos quiénes son CCOO en esta ciudad”). La Universidad de Málaga tampoco ha escapado al escrutinio justiciero de Verdejo, quien ha celebrado el fin de la colaboración de la Ciudad con los expertos universitarios que han trabajado en un estudio para la prevención de la delincuencia infantil y juvenil entre los menores no acompañados.
Verdejo ha puesto la guinda a su discurso con un clásico: la negación de la violencia de género. “¿Por qué niegan la violencia entre parejas maltratadas, la de los hombres que son maltratados por sus mujeres; la violencia no tiene género”. Y aquí paró la cosa.
