¿Posturas hipócritas? No, gracias

La diputada de MDyC, Uidad Mohamed, contesta en este remitido a las acusaciones formuladas contra su persona por el diputado de Caballas, Mohamed Alí. 

Hace poco más de un año, la ciudadanía ceutí con su decisión democrática y libre, hizo posible que ésta que hoy escribe fuese designada por el Movimiento por la Dignidad y la Ciudadanía (MDyC) como diputada de la Asamblea de la Ciudad de Ceuta, jurando estar al servicio de todas y todos los ceutíes sin distinción ni favoritismos.

No sé (o no me quiero imaginar) hasta dónde estén dispuestos a llegar algunos, pero mi manera de hacer política dista mucho y jamás estará asociada a todo aquello que no incite y promueva la política del bienestar y la defensa general en igualdad de oportunidades y condiciones.

Mezquindad y mediocridad es valerse de tretas y teatros para pretender ser cuando no se es y ni mis compañeros del MDyC ni todos aquellos que comparten ideología con este movimiento sociopolítico, que nació del clamor popular para poner fin a las injusticias, se asocia con lo expuesto por el señor Alí.

Déjeme aclararle dentro de su posible confusión e ignorancia, que mi labor de ir a los Servicios Sociales no es en absoluto un hecho novedoso ni genuino, ni trabajo que lleve realizando en un sólo y único día. Consultar, tomar notas, fotocopiar expedientes uno a uno, entre un largo etcétera para su posterior estudio, revisión y fiscalización, afortunadamente y, gracias al pueblo ceutí, lo efectúo y realizo desde el primer día que accedí a mi cargo de Diputada por MDyC (Hasta donde puedo recordar es nuestro principal cometido, el de todos los diputados o al menos, por parte de los del MDyC).

Es más, déjeme puntualizar y reiterar también de que eso que usted parece tachar como una acción ilícita y obsesiva me reporta una inmensa recompensa y gratificación personal. Pues no tengo (ni tendré) por costumbre (y Dios me libre de ello) de acudir a trabajar  y defender mi función como Diputada exclusivamente cuando hay intereses propios o personales de por medio.

Por ello, he de agradecerle Sr.Ali que me aluda con nombres y apellidos como una diputada que hace su trabajo. Lo preocupante sería que acudiera a Servicios Sociales a interceder por amigos, familiares o conocidos, labor por la que no fui elegida y nombrada como diputada.

Me cuestiono e intento trabajar constantemente en mi deber público para darle solución a esa manera egoísta y propia de quien sólo busca su salvaguarda y bienestar. Esos rodeos de cuando conviene una cosa es buena y cuando no, no lo es, no conviene y es mala, no tiene nada que ver con el MDyC. Será por eso, que usted cae en la incoherencia de acusar a los diputados del MDyC de tener una enfermedad de la fiscalización, revisión de expedientes y en suma de una verdadera labor de oposición para velar por la transparencia y por objetivos de lealtad, respeto y claridad política.

De coincidir con usted, de que fiscalizar al gobierno como oposición responsable y fiel a los ceutíes, es una enfermedad, sería totalmente una enfermedad benigna, que con toda sinceridad y humildad espero que nos dure mucho más y que la contagiemos al resto de los representantes en Asamblea, especialmente, a quienes confunden fiscalizar con enfermedad y mal.

Es triste y surrealista que un miembro de la oposición salga en defensa del Gobierno del PP y se queje de una excesiva fiscalización y revisión de expedientes. Sentimos haber traído una nueva forma de hacer oposición, una, que realmente aboga y lucha por y para la ciudadanía ceutí, pero nos debemos al interés general y junto a mis compañeros, seguiré fiscalizando todo lo que consideremos oportuno y deleznable, le pese a quien le pese y, aunque puedo llegar a entender ciertas rabietas infantiles, nunca comprenderé, las posturas intransigentes e hipócritas de pasividad e indiferencia, acomodadas a la conveniencia.

Más en Remitidos
Barriada de Benzú (C.A./ARCHIVO)
Remitidos

Esa otra Ceuta