En Ceuta no resulta extraño pasar por una barriada y ver a una persona casi las 24 horas del día ayudando a los vecinos, recogiendo los enseres que ya no necesitan. Muebles, ropas o comida, aceptan cualquier producto con tal de que les proporcione dinero y les permita seguir sobreviviendo y manteniendo a la familia. Son los buscadores de tesoros, no a los buscadores de basuras.
Ceuta Actualidad ha querido ahondar en la vida de alguna de estas personas, presencias familiares en nuestras barriadas, gente apreciada por los vecinos, esos otros residentes sin techo que siempre estarán ahí cuando se les necesite.
Mohamed, 26 años. Zurrón
Mohamed lleva más de 20 años frecuentando, en compañía de su padre, la barriada de Zurrón. A las cinco de la mañana este joven se levanta para cruzar la frontera y llegar muy temprano a esa escalera de tres peldaños frente a la parada del autobús donde lo encontrará a cualquier hora del día.
Mohamed nos cuenta cómo su trabajo diario consiste en ayudar a los vecinos con la basura cuando van cargados con mucho peso y recoger todo aquello que otros no quieren pero que él le puede sacar un gran partido. Después de una dura jornada de trabajo, llueva, ventee o haga un sol radiante, este marroquí coge todo lo que ha conseguido durante el día y vuelve a casa con sus padres y sus hermanos, en la esperanza de poder sacarse unos euros con el material obtenido.
Mohamed asegura que hay días que vuelve a casa con un euro y días que lo hace con veinte. Mucho o poco, dinero suficiente, en todo caso, para mantener a sus seres queridos.
Su padre, "el morenito" como lo conocen en el barrio, es un veterano en esta precaria profesión que ha conseguido inculcar al mayor de sus hijos.
Ambos aseveran no hacer daño a nadie, todo el mundo los conoce, incluida la policía, por eso nunca han tenido ningún tipo de problemas. Al contrario, padre e hijo dan las gracias a todos los que le ayudan a sobrevivir en esta dura vida.
Mohamed sueña con casarse, tener hijos y ser como su padre, un hombre al que admira por encima de todo. Le gustaría vivir otro tipo de juventud pero es feliz con la vida que le ha tocado y dice que no la cambiaría por nada.
Yussef, 70 años. Calle Velarde
Yussef es un hombre de 70 años aquejado de una enfermedad respiratoria que no le ha impedido en los últimos cuatro años acudir a la zona céntrica, concretamente a la calle Velarde, para recoger enseres que luego transformará en dinero.
Yussef era un hombre feliz, con un trabajo serio en una fábrica de Tetuán que, desgraciadamente, quebró y se vio en la calle. Durante ocho años ha estado buscando trabajo para sacar a su mujer, sus tres hijos y su suegra adelante. Desesperado, un día pensó pasar a Ceuta para intentar buscarse la vida. Día tras día frecuentaba la calle Velarde porque siempre encontraba algún objeto de valor cerca de los contenedores. Poco a poco los vecinos empezaron a ayudarle sin él pedir nada. De eso hace ya casi cuatro años.
Ahora Yussef vuelve a ser feliz porque puede alimentar a su familia, que es lo más importante. De lunes a jueves este marroquí se traslada desde el país vecino a Ceuta para volver a casa de nuevo ya entrada la noche.
