Misa por el dictador en la iglesia de África

Decepcionante, para ser franco

La iglesia de África ha acogido este sábado una misa en memoria de Francisco Franco. La mayor parte de las 50 personas que han asistido al oficio desconocía que el Francisco aludido por el sacerdote era el dictador español.

Un momento del oficio religioso celebrado ayer en la iglesia de África (C.A.)
photo_camera Un momento del oficio religioso celebrado ayer en la iglesia de África (C.A.)

La certeza de que en un templo católico se va a celebrar una misa en sufragio por el eterno descanso del alma de Francisco Franco puede excitar la imaginación de una mente efervescente. Un sosias del dictador que camina bajo palio en dirección al altar, una encendida prédica que encomia los 25 años de paz, la prodigalidad benefactora de los pantanos y la presidencia de don Santiago Bernabéu, un monaguillo que aferra descuidadamente el brazo incorrupto de un santo como quien transporta una barra de pan de cuarto…

El oficio religioso celebrado en la iglesia de África no ha ofrecido ninguno de estos atractivos. Medio centenar de personas, la mayoría de ellas feligreses habituales del templo, coincidían este sábado en misa de ocho. Gran parte de los asistentes desconocía que la Fundación Francisco Franco había solicitado una mención al dictador para recordarle cumplidos los 44 años de su muerte. Nadie, excepto los avisados, movió una pestaña cuando el sacerdote evocó a “nuestro hermano difunto Francisco” en una retahíla que incluía a un José Antonio y a varios fallecidos anónimos.

No olió a incienso, ninguna voz meliflua se dejó oír para advertirnos de que no se nos puede dejar solos, a nadie le pareció que en España empezara a amanecer, precisamente a esa hora. Una ceremonia decepcionante, para ser franco.