El empresario ceutí, Pablo Belmonte Chamorro, ha fallecido este domingo a los 91 años. Uno de los grandes activos empresariales de la ciudad y fundador de Almacenes San Pablo.
Nacido el 26 de julio de 1931, este empresario arrancó su vida profesional con 14 años, vendiendo fruta en el mercado y ayudaba a su madre en la pollería, a la vez que se dedicaba a la cría de ganado. Con 16 años entró como aprendiz en una ferretería.
Una vez casado, se independizó montando su propio negocio de ferretería que fue ampliando a la vez que abría nuevos negocios, hasta siete establecimientos, que son con los que la firma 'San Pablo' contaba cuando recibió un reconocimiento por el Ministerio de Trabajo e Inmigración.
Belmonte Chamorro colaboró con múltiples Instituciones y Asociaciones de su ciudad y su figura estaba presente en todos sus establecimientos, pese a su avanzada edad.
El 14 mayo de 2009, el entonces ministro de Trabajo e Inmigración, Celestino Corbacho, le hizo entrega de la medalla de oro al Mérito en el Trabajo, concedidas por el Consejo de Ministros, a trabajadores pertenecientes a distintos sectores de actividad. Las medallas, de acuerdo con el Reglamento de concesión, tienen como objetivo "premiar y destacar el mérito de una conducta socialmente útil y ejemplar en el desempeño de los deberes que impone el ejercicio de cualquier trabajo, profesión o servicio".
El Ministerio destacó la figura de Belmonte como la del "prototipo de persona hecha a sí misma que con trabajo y tesón" que le convirtió "en un próspero comerciante ceutí".
Condolencias
El presidente de la Ciudad, Juan Vivas, ha querido expresar, en nombre de todos los ceutíes, su más sentido pesar por el fallecimiento del empresario ceutí Pablo Belmonte, una persona “querida y admirada” por sus muchas cualidades, ha destacado el jefe del Ejecutivo, que ha trasladado sus condolencias por esta pérdida irreparable a la familia. “Ha fallecido una persona muy querida y admirada en nuestra ciudad y para mi entrañable”, ha añadido el presidente, quien ha destacado su carácter emprendedor, “un empresario modélico que hizo del amor por el trabajo bien hecho una razón vital”. Pablo Belmonte destacó por su humanidad, “por su trato exquisito a los clientes, los proveedores y especialmente a sus trabajadores, pero también hacia quienes ejercíamos nuestra labor como funcionarios y tuvimos la oportunidad de trabajar con él”.
Un empresario y persona modélica a la que se reconocieron “afortunadamente” en vida estos méritos, en forma de Medalla de la Autonomía y Medalla de Oro del Trabajo “y que tuvo la fortuna de crear y tener una familia excelente” subraya el presidente, “que le recordará con cariño y admiración”.
