El delegado del Gobierno, Rafael García, puede estar a horas, o no, de abandonar su despacho de la plaza de los Reyes. Es uno de los principales cargos políticos en juego, más allá de los tres escaños que este domingo se le asignarán a Ceuta en las cámaras alta y baja. Ya sea por nerviosismo, tensión o cualquier causa desconocida, el titular de delegación del Gobierno ha marcado un precedente – al menos hasta donde se recuerda, al huir de los focos y los micros en su asistencia al colegio electoral.
Es costumbre que cuando el delegado del Gobierno acude a votar analice y deslice un resumen sobre cómo se va desarrollando la cita con las urnas en la ciudad. Era costumbre hasta este 23 de julio, ya que García ha dado esquinazo a los medios de comunicación que se han encontrado con el argumento desde su gabinete que no se ha pronunciado “por falta de incidencias”. Normalmente, es raro y, sobre todo, en las primeras horas, que se registre alguna.
