EL fracaso de una huelga general que casi nadie conocía

Solidaridad, el brazo sindical de Vox no logró movilizar ni a sus afiliados, desconvocando hasta la concentración ante la sede de Daoíz

Solidaridad

El pasado viernes 24 de noviembre, España vivió una jornada de huelga general convocada por el sindicato Solidaridad, afín a Vox, contra la Ley de Amnistía que el PSOE ha pactado con el independentismo catalán. La huelga, que pretendía ser un desafío al Gobierno de Pedro Sánchez y una muestra de fuerza del partido de Santiago Abascal, se saldó con un rotundo fracaso, ya que apenas tuvo seguimiento y solo provocó algunos altercados aislados. En nuestra ciudad, donde Vox es el tercer partido más votado y que en la pasada legislatura tuvo la responsabilidad de representar a la ciudad en el Congreso, el nulo apoyo al paro es un signo más del declive de la formación, que llegó a desconvocar la concentración ante la sede del PSOE de Ceuta. 

La huelga general convocada por el sindicato Solidaridad era, como mínimo, ilegítima porque se trataba de una huelga política, no laboral. El sindicato Solidaridad no defendía los derechos ni las reivindicaciones de los trabajadores, sino los intereses y las consignas de Vox. El sindicato no tenía ningún apoyo ni representatividad entre los demás sindicatos, ni entre los empresarios, ni entre la sociedad civil. La desesperación de Vox por ganar protagonismo en los medios frente al Partido Popular es el único fundamento de la convocatoria que solo ha llevado a la ultraderecha a un nuevo ridículo. 

El sindicato Solidaridad no es un sindicato, sino una herramienta de Vox. El sindicato se presentó en su nacimiento como una alternativa a los sindicatos tradicionales, que según ellos estaban "vendidos" al Gobierno y al independentismo. El sindicato se definió como "patriótico", "social" y "transversal", y se alineó con el discurso de Vox sobre la unidad de España, la soberanía nacional, la igualdad de todos los españoles, la libertad de expresión, la democracia, el Estado de derecho y la justicia social. Sin embargo, el sindicato no ha hecho más que seguir las directrices y las estrategias de Vox, sin tener en cuenta las necesidades y las demandas de los trabajadores. El sindicato no ha participado en ninguna negociación colectiva, ni ha convocado ninguna movilización por motivos laborales, ni ha presentado ninguna propuesta para mejorar las condiciones de trabajo. Vuelve a hacerse patente la hipocresía de la ultraderecha con lo que no es más que un nuevo chiringuito.

La huelga general convocada por el sindicato Solidaridad, vinculado a Vox, contra la ley de amnistía, es un fracaso más en la deriva de Vox hacia un partido marginal de extrema derecha. Una huelga ilegítima, irresponsable e inútil, que solo ha servido para evidenciar la falta de credibilidad, de representatividad y de proyecto de Vox y de su sindicato. Una huelga que ha sido rechazada por el resto de las centrales sindicales y partidos políticos y que no ha encontrado ningún respaldo en la sociedad española. 
 

Entrando en la página solicitada Saltar publicidad