Consideraciones éticas y políticas sobre la subida de sueldo de Sánchez Valderrama

Comparativa de salarios y responsabilidades de los representantes públicos de Ceuta con la subida del 20 por ciento de Juan Manuel Sánchez Valderrama de fondo

Sánchez Valderrama, a la derecha, junto al presidente de la Ciudad, Juan Vivas
photo_camera Sánchez Valderrama, a la derecha, junto al presidente de la Ciudad, Juan Vivas (Archivo)

El Consejo de Administración de Acemsa, la empresa pública que gestiona el agua en Ceuta aprobó el pasado lunes una subida salarial del 20% para su director gerente, Juan Manuel Sánchez Valderrama. El nuevo sueldo de Sánchez Valderrama será de 90.000 euros brutos anuales, lo que supone un aumento de 18.000 euros respecto a los 72.042,60 euros que percibía en 2021. La justificación de esta subida salarial, es que Sánchez Valderrama ha logrado "mantener a la ciudadanía satisfecha" con la gestión de la empresa.

Las subidas salariales con dinero público en las democracias siempre plantean una discusión entre la responsabilidad asumida y la retribución percibida. El efecto de los salarios bajos en política en un contexto de mayor exposición pública aleja de la vida pública a personas formadas y con talento. Sin embargo, el abordaje de esta cuestión no puede hacerse fuera del contexto. Las consideraciones éticas y políticas de este artículo son propias de la relación del aumento de sueldo con la responsabilidad asumida desde un enfoque relativista y no objetivo: la crítica se hace en relación a los salarios públicos percibidos por el resto de representantes de la ciudadanía de la Ciudad y sus responsabilidades.

Relación del sueldo de Valderrama con Juan Vivas y Alejandro Ramírez.

De un lado el sueldo del presidente de la Ciudad Autónoma de Ceuta, Juan Jesús Vivas Lara, es de 100.000 euros brutos anuales. Por lo tanto, el sueldo de Valderrama es ligeramente inferior al del presidente de la Ciudad.  

De otro, el consejero Alejandro Ramírez recibió alrededor de 60.000 euros brutos anuales, 30.000 euros menos que Valderrama.

¿Tiene Valderrama más responsabilidad que el presidente de la Ciudad?

Desde un punto de vista jurídico, el presidente de la Ciudad es el máximo responsable de la empresa pública Acemsa. Sin embargo, desde un punto de vista práctico, el director gerente es el responsable de la gestión diaria de la empresa. Por lo tanto, se puede argumentar que Valderrama tiene más responsabilidad que el presidente de la Ciudad en el día a día de la empresa. Esta argumentación, respetable, es insuficiente para la ciudadanía máxime tras la Sentencia de los ERE de Andalucía, que amplía la responsabilidad in eligendo e in vigilando de los máximos mandatarios públicos, Sentencia de la que discrepo jurídicamente pero que es jurisprudencia que debe respetarse y guiar la acción pública. Desde un punto de vista ético es insostenible que el presidente de la Ciudad Autónoma soporte una carga de responsabilidad mayor con un salario menor.

Aun así, descendiendo del mundo de las ideas a la realidad práctica, según un estudio realizado por la Asociación Española de Empresas Gestoras del Agua (AEA), el salario medio de un director gerente de una empresa pública del agua en una ciudad con una población de entre 100.000 y 200.000 habitantes es de 75.000 euros brutos anuales. Por lo tanto, el sueldo de Valderrama es ligeramente superior al salario medio de este tipo de empresas.

Análisis desde la perspectiva de la desconfianza institucional

La subida salarial de Valderrama es un ejemplo de cómo las decisiones de las instituciones públicas pueden afectar a la confianza institucional. Cuando las personas perciben que las instituciones públicas no están al servicio de sus intereses, pueden perder la confianza en estas instituciones, lo que puede tener un impacto negativo en la participación política y en la democracia.

La desconfianza institucional puede conducir a una disminución de la participación política. Por ejemplo, las personas que tienen una mayor desconfianza en las instituciones públicas son menos propensas a votar, a participar en organizaciones cívicas y a donar dinero a causas políticas.

La desconfianza institucional también puede conducir a un aumento de la desafección ciudadana. La desafección ciudadana se refiere a la falta de interés o compromiso de la ciudadanía con la política. Las personas que están descontentas con las instituciones públicas pueden estar menos interesadas en participar en la política o en seguir las noticias políticas.

En conclusión, la subida salarial de Valderrama es un ejemplo de cómo las decisiones de las instituciones públicas pueden afectar a la confianza institucional. Cuando las personas perciben que las instituciones públicas no están al servicio de sus intereses, pueden perder la confianza en estas instituciones, lo que puede tener un impacto negativo en la participación política y en la democracia.