«Soy tu voz» ha querido enviar un comunicado de prensa para culpabilizar al Gobierno de la Ciudad de lo sucedido este fin de semana, cuando varias personas han tenido que presenciar cómo cuatro cachorros de unos tres meses aparecían por las inmediaciones moribundos, uno de ellos ya fallecido. El segundo de ellos estaba tan grave que murió nada más llegar a la clínica. Un tercero se debate entre la vida y la muerte ahora mismo y un cuarto, al que el servicio de recogida animal no fue capaz de atrapar, continua en el Monte.
Cachorros de los que Sanidad Animal tenía constancia pues nosotras mismas le dimos el aviso hace ya más de un mes, y no han sido capaces de ir en su búsqueda. Si se hubiera hecho, quizás estos perros estarían hoy vivos y acogidos por alguna familia.
Y es que de nuevo hemos tenido que ser testigos de la nefasta o, mejor dicho, inexistente solución de la Ciudad ante una problemática tan grave como es la situación en la que se encuentran los perros que llevan años viviendo en El Hacho.
Una situación que viene dándose desde hace ya más de 15 años. Estos animales malviven en el monte sin ningún tipo de control sanitario. Los cuales solo existen para una persona que se encarga de su cuidado así como de alimentarlos y desparasitarlos de su propio bolsillo.
Estos canes están procreando cada seis meses, aumentando peligrosamente su número de miembros. Perros que serán de nuevo noticia cuando algún viandante denuncie que ha sufrido una agresión o se asuste ante la conducta protectora y territorial de estos animales. Aun así, tenemos constancia de que la última agresión que se produjo no fue por parte de estos perros.
¿Y qué sucede entonces cuando hay un accidente o una queja? El Gobierno Local saca «sus medios» para reducir el número de perros, que desaparecen misteriosamente para siempre.
Esto también debe ser noticia y aquí estamos nosotras para darles voz, para exigir una solución ética y otorgarles una vida digna. Una vida que no pasa por encerrarlos de por vida en un chenil, sino de controlarlos en su entorno, esterilizándolos y vacunándolos para que vivan controlados sanitariamente y no sigan aumentando en número.
Instamos a que se pongan de acuerdo, pues tiempo han tenido para trazar un plan y hacer el trabajo que debían de haber hecho hace años como responsables de los animales callejeros. Si las cosas se hubieran hecho bien, quizás hoy no tendríamos que estar lamentando la muerte de unos cachorros que, para ellos serán números, para nosotras son vidas a las que no hemos socorrido.
