Te echo de menos, mi capitán, mi 7, mi Darío

Ramón Caudevilla recuerda a Darío Duzmán, compañero y amigo, a escasos días del inicio del campeonato de liga 

Ramón Caudevilla y Darío Duzmán
photo_camera Ramón Caudevilla y Darío Duzmán,

¿Y cómo lo hago sin ti?

Y es que, cuando la vida parece que no puede ser más dura con la falta de un familiar, la misma te demuestra que aún puede ser peor, con la pérdida de un ser especial, mi Darío.

Comienza una nueva temporada y hay tal vacío en mí, que no sé cómo lo conseguiré.

A estas alturas ya nos habríamos mandado unos cuantos mensajes y llamadas y estaría todo aclarado, porque no hacía falta debatir mucho sobre qué hacer, tu decías y yo hacía y viceversa.

En mi memoria siempre estará lo que una vez me dijo Nuria, Ramón que es lo que tienes que lo que le dices algo y él va contigo donde sea y en ningún sentido creo que yo tengo algo, si no eras tú el que eras especial.

Darío Duzmán
Darío Duzmán

Pero, ¿y cómo lo hago sin ti? Sin que estés a mi lado, sin tu zurda, sin tu sonrisa, sin tu calidad como persona, sin mi yo en el campo.

Si fue duro acabar la temporada pasada, cuando escuche el pitido inicial esta temporada se me caerá el mundo encima.

Intentare pensar como hago cada día, no llorar en tu lapida, porque sé que ahí no estas, pues estas allá donde voy, estas en los campos de futbol, estas en las canciones que cantabas, estas en ese hombre que se lía un cigarrillo, estas en cada entreno que hago, estas en mis ojos, estas en mi cabeza.

Voy a darlo todo, para intentar conseguir lo que tu solo conseguías, que era ganar. Ganar, aunque no hubiéramos marcado, ganar solo porque al acabar el partido, con tu pitillo en la boca y echando humo, con tu media sonrisa, animabas al vestuario y siempre decías, el siguiente ganamos.

Ganar, para cerrar el círculo que el año pasado no se pudo cerrar. (¡Qué silencio hay en el vestuario sin ti!). Ganar, porque ahora Hita, Chiues, Papi, Tirado, Luis Borja... No puedo seguir nombrando pues somos tantos, tenemos nuestra estrella, pero no encima del escudo como campeones del mundo, si no en el cielo, donde estoy seguro que seguirás haciendo lo que más te gustaba, que era jugar al futbol y jugando con los más grandes.

Te perdí y perdí lo que era para mí el futbol, pero seguiré para que tu nombre siga escribiendo días gloriosos en el corazón de todos. Te fuiste sin saber lo importante que eras para tanta gente, dejando un vació enorme en mi vida (nuestras vidas), pero con la certeza de que hay seres maravillosos y únicos como lo eras tú

¡Te echo de menos, mi capitán, mi 7, mi Darío!

Más en Remitidos
Entrando en la página solicitada Saltar publicidad