La Ministra de Sanidad, Mónica García, ha subrayado la importancia de establecer jornadas laborales de 17 horas como mínimo, en lugar de las actuales guardias de 24 horas para los profesionales sanitarios. Esta medida podría ser aplicada de facto en Ceuta y Melilla, las únicas circunscripciones que dependen de INGESA. Sin embargo, en el resto de los territorios, la implementación debería ser llevada a cabo por las Consejerías de Sanidad de cada comunidad autónoma.
Tras una reunión con la médica intensivista Tamara Contreras, quien ha recogido aproximadamente 110.000 firmas para poner fin a las guardias de 24 horas, la ministra anunció su compromiso con esta iniciativa. Reconoció que es una medida compleja que requiere una reestructuración del Sistema Nacional de Salud (SNS).
García recordó que un profesional que trabaja un fin de semana está acumulando 60 horas semanales, una situación que no se da en ninguna otra profesión legal. Con esta premisa, el Ministerio de Sanidad iniciará el camino para poner fin a esta situación.
El primer paso requerido por el Ministerio de Sanidad es modificar el Estatuto Marco, lo cual se intentará llevar a cabo en 2024. Sin embargo, la ministra aclaró que esto no implica una disminución en las retribuciones de los profesionales. El objetivo es que los profesionales trabajen en condiciones óptimas y que ningún paciente sea atendido en la hora 23, reduciendo así los errores médicos causados por el cansancio de los profesionales.
Para lograr esto, se trabajará en colaboración con sindicatos, sociedades científicas, comunidades autónomas y todos los actores implicados. Además, se buscarán ejemplos de otros países y regiones de España donde ya se han eliminado las guardias de 24 horas.
La ministra recordó que España supera el número de profesionales por habitante de la OCDE. Puso como ejemplo a Suecia, un país con menos profesionales por habitante que España, que ha eliminado las guardias de 24 horas.
“Hablamos de reorganizar, reestructurar y gestionar mejor a nuestros profesionales, cambiando un modelo con 50 años de antigüedad”, dijo García, reconociendo que habrá resistencias, pero enfatizando la necesidad de cambiar la situación actual, a la que calificó de “anacronismo”.
Explicó que se pueden hacer los cambios normativos necesarios y que se debe permitir cierta flexibilidad para que este cambio estructural se vaya implementando gradualmente en cada servicio y lugar donde se pueda implantar.
Se busca avanzar hacia la estabilización de los profesionales, tal como indican varias sentencias europeas, y sobre todo, “debemos dejar de maltratar a nuestros profesionales”, un punto de partida para evitar que los profesionales “huyan”, señaló.
Mónica García destacó que el objetivo es “estabilizar a nuestros profesionales, invitar a las comunidades a que cuiden a sus profesionales y también cuidar las horas de trabajo y el valor añadido que cada uno de estos profesionales aporta en sus horas de trabajo”.
