El asesor delegado de la Consejería de Educación Cultura, Juventud y Deporte, Eduardo Ayala, ha comparecido a las seis de la tarde de este lunes, a las puertas de la propia Consejería, para dar explicaciones acerca de la investigación que contra él está desarrollando la Guardia Civil por un posible delito de falsedad documental.
Una investigación de la que les dábamos cuenta esta misma mañana y respecto a la que ha querido dejar claro que ni ha sido detenido, ni ha sido llamado por la Guardia Civil, sino que acudió de forma voluntaria tras una serie de sucesos de los que tenía conocimiento durante este fin de semana.
La historia, ha explicado, comenzaba el viernes, cuando regresaba desde Jérez hacia Ceuta y recibió una llamada a su teléfono móvil interpelándole sobre si era Eduardo Ayala y, tras confirmarlo, sobre si era Guardia Civil. Tras negar esto último, ha explicado, colgaba extrañado, pero sin darle más importancia, hasta que al revisar sus redes sociales veía que había recibido un mensaje en su perfil de Facebook en el mismo sentido y preguntándole, también si era el dueño de unas llaves que habían aparecido en el descampado cercado al residencial Don Alfonso. Al ser la zona en la que reside y recordar que uno de sus juegos de llaves se encontraba depositado en el espacio de almacenaje de su moto, Ayala llamó al mismo número desde el que había recibido la primera llamada, pudiendo confirmar que las llaves eran suyas y conociendo que había aparecido también un distintivo de la Guardia Civil.
Es este distintivo, precisamente, el origen de la investigación, pues al acudir al Cuartel de la Guardia Civil, donde la persona que encontró los objetos los había depositado, los agentes le preguntaron en reiteradas ocasiones si había empleado el mismo por ejemplo en las navieras o en RENFE, algo que el ahora investigado ha negado de plano.
Y es que, ha insistido, la explicación pasa por un disfraz de carnaval al que, para darle más realismo, decidió añadir como atrezzo dicho distintivo, adquirido en una tienda de la ciudad que vende los mismos, y añadiendo un carné elaborado por el mismo, impreso en un folio normal, sin ningún tipo de calidad en la impresión. Aquel disfraz, ha añadido, se remonta a cerca de una década atrás y, desde entonces, el distintivo habría permanecido en el espacio de almacenaje de la moto sin que él, ha asegurado, fuera consciente.
Eduardo Ayala ha negado que haya aparecido también documentación falsificada relacionada con la Policía Nacional y ha explicado que en ningún momento había sido consciente de que portar este tipo de distintivo sin ser un agente del cuerpo fuera delito.
Respecto a si se plantea la dimisión para no dañar la imagen del Gobierno, Ayala cree que no hay motivo pues confía que esto se aclare a la mayor brevedad posible pues tiene la conciencia tranquila ya que, ha asegurado en varias ocasiones, nunca más allá de aquella jornada festiva ha utilizado el distintivo de la polémica.
Conocida la versión del investigado, ahora solo queda conocer el desarrollo de la investigación de la Guardia Civil que salía a la luz esta mañana y de la que nos hacíamos eco en este medio.
