Opinión

Como si no existieran

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, inauguraba los pasados días 16 y 17 las denominadas oficinas de protección internacional de Ceuta y Melilla, unas dependencias concebidas para facilitar el acceso al asilo a los inmigrantes que logren acceder a territorio español.

El ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, inauguraba los pasados días 16 y 17 las denominadas oficinas de protección internacional de Ceuta y Melilla, unas dependencias concebidas para facilitar el acceso al asilo a los inmigrantes que logren acceder a territorio español. Desde un principio, se hacía difícil entender qué posibilidades tendría un inmigrante subsahariano de beneficiarse de estos nuevos servicios. A lo que se ve, ninguna.

El Arzobispado de Tánger ha resuelto las dudas que podrían existir con el laconismo de una frase: “Es como si no existieran”. La sospecha más sólida es la que resuelve que la inauguración de estas dependencias tan sólo pretendía ocultar las vergüenzas del Gobierno español ante la avalancha de censuras recibidas por su decisión de legalizar las devoluciones en caliente.

Quien intenta persuadir a los demás de que hace lo que, en realidad, no está haciendo en absoluto tiene un nombre.