Opinión

Los niños del Mixto también quieren jugar

Hay un barrio en Ceuta, el Mixto, que, como Teruel, también existe, aunque sufra que, en algunos temas, se le ignore
plaza-chirigota-del-mixto
photo_camera plaza-chirigota-del-mixto

No voy a referirme a la limpieza viaria deficiente, a pesar del esfuerzo del operario de limpieza, a que no se puede reciclar porque no existen contenedores de colores en sus calles, los de plástico, cartón y vidrio, a que su mobiliario urbano está obsoleto y sus fachadas no han merecido nunca “una manita de pintura”; o a que la accesibilidad, tan nombrada estos días, tiene sus carencias en calles y edificios de viviendas… Hoy voy a referirme a qué significa ser niño en este barrio.

Ser niño del Mixto significa no poder disfrutar de un parque infantil como los de otros barrios, porque el suyo, desmantelado y con un solo columpio, no merece la atención de los responsables políticos desde hace años.

Ser niño del Mixto significa no tener una plaza o zona de juego infantil habilitada donde relacionarse con más niños, base de su desarrollo emocional, de su relación con los demás y de poder realizar una actividad física… No hablo de deportes reglados, hablo simplemente de los juegos infantiles callejeros de toda la vida.

Ser niño en mi barrio del Mixto es aprender a leer con carteles callejeros que dicen “prohibido jugar a la pelota”; “prohibidas las bicicletas”, cuando solo debería existir un cartel limitativo de juegos que dijera “prohibido prohibir”.

Y ser niño en estas fechas navideñas es no tener igualdad de oportunidades con otras zonas de la ciudad y poder salir a la calle para disfrutar de la magia de las luces de Navidad… Qué palabra más bonita si todos los niños pudieran disfrutar de las mismas oportunidades.

¿Cómo les explicas por qué a 100 metros, en un barrio vecino, hay guirnaldas navideñas y el suyo está a oscuras?

Este año, como hace décadas, tampoco os toca que disfrutéis del alumbrado de Navidad, niños del Mixto.

Todo eso y algo más significa ser niños mixteros y todo porque los responsables políticos de que los niños ocupen calles y plazas no se preocupan de dotar a mi barrio de las infraestructuras necesarias para que el niño desarrolle su vida “callejera” en lugares y con mobiliario urbano (parques infantiles y zonas comunes de juegos), que socialicen con otros niños, que eviten relegar a esos niños a estar más tiempo encerrados en sus casas, en un sofá con la tableta o el móvil, que tanto daño les hace física y mentalmente.

Los beneficios del juego en los niños

Siguiendo la teoría sociocultural de Lev Vygotski, este afirmaba que el juego es la herramienta que ayuda a los niños a establecer su conducta y a desarrollar sus relaciones sociales. Por ello, los diferentes tipos de juegos favorecen el desarrollo infantil a nivel cognitivo, emocional, social y motor.

Los niños deben jugar con más niños en zonas comunes y esas zonas y su equipamiento son responsabilidad política.

Que sí, que sé que en el nuevo mercado va una plazoleta y una zona para parque infantil, pero aún ni se ha comenzado la construcción del mercado provisional, por lo que estimo que los peques de hoy, para cuando se inaugure ese complejo de ocio proyectado, ya andarán con sus novias paseando por el Revellín.

Queda la satisfacción de ver que, a pesar de las carencias aquí relatadas, en el Mixto tenemos a unos niños de los más felices del pueblo.

Imagino que muchos vecinos que lean esto se sentirán identificados y cambiarían el titular poniendo el nombre de su barrio.

PD: Del Bien de Interés Cultural Murallas Meriníes, hablamos en otro artículo de opinión.