Ingesa en Melilla confirma que sus cargos directivos no han sido vacunados contra el covid

Mientras la controversia crece en torno a la presunta vacunación de personal directivo de Ingesa en Ceuta, Melilla confirma que no se ha administrado la vacuna a ningún cargo de la institución en la ciudad.

EJÉRCITO INGESA
photo_camera Lopera, a la derecha, durante la recepción de un cargamento de material sanitario (CEDIDA/ARCHIVO)

Tras el escándalo suscitado por la vacunación contra el covid-19 del exconsejero Javier Guerrero y nueve miembros de su equipo, todos los ojos se dirigen ahora al Instituto de Gestión Sanitaria (Ingesa). Las últimas críticas proceden del mundo sindical. CCOO y CSIF hacían público ayer un comunicado en el que solicitaban la destitución del director territorial de Ingesa, Jesús Lopera, por “poner bajo sospecha la ejecución de la estrategia de vacunación”.

Detrás de todo está la presunción de que Lopera y otros directivos hayan podido vacunarse, un extremo que Ingesa no ha confirmado ni desmentido. CCOO criticaba esta semana que los directivos hayan ofrecido el silencio por toda respuesta a quienes reclaman información sobre si algún responsable de Ingesa ha recibido la vacuna.

Los directivos de Ingesa en Ceuta se encuentran inmersos en una controversia que no se ha dado, sin embargo, en Melilla. Según confirma el gabinete de prensa del Ingesa melillense a Ceuta Actualidad, ningún cargo directivo en la ciudad ha sido vacunado contra el covid-19. Allí, el peso de la vacunación ha corrido a cargo de la Consejería de Sanidad, hasta el punto de que todas las dosis, excepción hecha de las distribuidas en residencias de mayores, se han administrado en la sede de la Dirección General de Salud Pública de la Ciudad.

La estrategia nacional de vacunación incluye a los residentes y personal sanitario y sociosanitario que trabaja en residencias como primer grupo de personas a las que administrar las vacunas seguidas de los trabajadores sanitarios que se encuentran en primera línea y mantienen un contacto más estrecho con la enfermedad. A continuación, las dosis han de administrarse a otros trabajadores sanitarios y sociosanitarios no considerados de primera línea. En este último grupo se establecen, a su vez, prioridades: los primeros en recibir la vacuna han de ser el personal de ámbito hospitalario y de atención primaria, en función del riesgo de exposición de la actividad laboral y la posibilidad de adoptar las medidas de protección adecuadas.