Al son de Haydn y su ‘Sinfonía de los adioses’, ha dado comienzo el Gran Concierto de Año Nuevo en el Teatro Auditorio del Revellín, con la Orquesta Sinfónica del Estrecho y a la batuta de Amadora Mercado, que han escenificado la típica desbandada con la que las orquestas arrancan o culminan sus conciertos, provocando las risas en el patio de butacas.
Tras el regreso de todos los músicos, menos dos valientes que no han abandonado sus puestos, y de nuevo con la directora a la cabeza, ha dado comienzo el concierto que se ha centrado en “todos los Strauss, padre, hijo y nieto y todos los que hemos encontrado”, como ha apuntado Amadora Mercado.
No han faltado ni valses ni polcas. ‘El murciélago’, ‘El Vals del Emperador’ o ‘El Danubio Azul’ son algunas de las composiciones que ha interpretado la Orquesta Sinfónica del Estrecho, que pisaba por segunda vez las tablas del Revellín, para orgullo de su directora. El proyecto surgió por el afán de desarrollarse profesionalmente y de trabajar en pro de la cultura y de la música clásica.