Dicen que la fe mueve montañas y si algo ha tenido el Ceuta, directiva, plantilla, cuerpo técnico y afición ha sido fe. Este sábado de reflexión ha servido para demostrar que sí, que mueve montañas.
Un estadio hasta la bandera y más allá, con el sinsabor de saber que el rival iba a perder la categoría, todos han vivido una jornada histórica en la que se ha sufrido y vibrado a la vez.