Los líderes de las Federaciones de Asociaciones de Padres de Alumnos (Fampa) de Ceuta y Melilla, Mohamed Ali y Joan Casares, han hecho un llamado a una respuesta más fuerte que el "plan de choque", señalando que no es tan necesario aumentar el número de profesores como el de personal no docente. “Casi dos terceras partes del cursos estamos a la pata coja”.
Un diagnóstico confiable, pero sin las herramientas adecuadas
Ambos líderes han expresado su frustración ante los medios de comunicación, señalando que “al diagnóstico” de la educación de ambas ciudades autónoma “no se le ponen las herramientas adecuadas”, motivo por el que ya anunciaron que iban “a emprender una acción conjunta en el marco de la educación”, desarrollando “medidas de cara a que se tome en cuenta este diagnóstico” ha apuntado Mohamed.
“Lideramos el fracaso y el abandono escolar”
El informe PISA 2022 sitúa a las ciudades autónomas muy por debajo de la media nacional, liderando el fracaso y el abandono escolar, una situación que parece haberse normalizado, para Casares, sorprende que, en el siglo XXI, en el que podemos operar a distancia, se manejen datos de hace dos cursos y ha respaldado la necesidad de un Consejo Escolar para cada ciudad con las mismas competencias que los de cualquier otra autonomía. Pero la respuesta del Ministerio es que la legislación no lo permite
Clases de apoyo y refuerzo gratuitas para los padres
El presidente de la Fampa de Melilla ha subrayado la necesidad de clases de apoyo y refuerzo gratuitas para los padres, muchos de los cuales son personas humildes, puesto que “la educación empieza en casa”. También ha pedido formación para las familias para que comprendan la importancia del éxito académico, además del educativo.
Individualizar en necesidades reales
Para Casares, el problema es "estructural", indicando que sin las personas adecuadas, "no se puede avanzar". El melillense ha indicado que en las aulas abiertas, en las que niños con necesidades especiales están incluidos, "es importante para todas las partes involucradas", dado que si el profesor no está preparado o no cuenta con la ayuda adecuada, "el plan está destinado al fracaso", desembocando en "estrés para todos y el niño vuelva a un centro de Educación Especial", donde se vería afectada su proyección académica y su "verdadera inclusión".
Para evitar estos extremos, apuntan que "es necesario individualizar según las necesidades reales", ante una administración, con una burocracia infinita, que impide "alcanzar nuestros objetivos", llevando a el desánimo es generalizado y "eso influye en el fracaso".
