Expertos, en el Forbes Summit: "El empleo verde puede ser una salida para muchas personas en vulnerabilidad"

Las carencia de espacio para ubicar ciertas energías renovables, la posibilidad del hidrógeno y la justicia del cable con la península en el centro del debate entre Jaime Gil Robles, Antoni Llorens y Tania López, en el contexto del Forbes Summit Reinventing Ceuta

 

 Por la izquierda, Pablo Matés, Jaime Gil Robles, Antoni Llorens y Tania López, en el Forbes Summit Reinventing Ceuta.
photo_camera Por la izquierda, Pablo Matés, Jaime Gil Robles, Antoni Llorens y Tania López, en el Forbes Summit Reinventing Ceuta.

Una cuestión central en el futuro de las economías, al menos de las occidentales y por supuesto a nivel local, en la de Ceuta, es la transición energética. Tan obligada, como necesaria y polémica, esta cuestión apareció como central en una de las mesas redondas celebradas en el Forbes Summmit Reinventing Ceuta, que se celebra este jueves en el Palacio de la Asamblea. Mensajes más y menos esperanzadores entre los participantes dieron paso a una cuestión de gran interés para la ciudad: "El empleo verde puede ser una salida para las personas en situación de vulnerabilidad".

Participaron en el debate Jaime Gil Robles, consultor especializado en hidrógeno verde, Antoni Llorens, presidente y CEO de EnerHi y Tania López Muñoz, gerente del área de empleo y formación de personas en riesgo de exclusión en energía renovable en Ingeus. Moderados por el periodista Pablo Matés, cada uno de los intervinientes entro en profundidad en segmento de conocimiento dentro de una cuestión compleja.

El hidrógeno verde, viable, caro y con necesidad de anticipación

Gil Robles se centró en el uso de hidrógeno y ensalzó la necesidad de una planificación previsora. "Lo primero si quieres montar una hidrogenera es tener quien te vaya a comprar esa energía. Es fundamental esto a la hora de acceder a ayudas europeas". Su uso es viable, "ya hay experiencias con uso de esta energía como método para la descarbonización", apostilló seguidamente citando el ejemplo de los autobuses, que, si bien, "son caros".

La cuestión del coste indica para el consultor que es necesaria la colaboración público-privada para sacarla adelante, dando facilidades la administración y "haciendo la apuesta". Esa apuesta necesita de anticipación, de previsión: "Para pensar en hidrógeno y en otras renovables hay que pensar en que es la hora de hacer las inversiones porque hasta el año 2025 o 2026 no tomarán forma. Esto no llega de un día para otro, se necesita infraestructura. Ahora hay que invertir en cosas que vendrán de aquí a cinco o diez años".

La falta de espacio, lunar para Ceuta

De los presentes en la mesa, el que veía más negro el futuro energético de Ceuta era Llorens. "Aquí no hay generación de renovables, por lógica tampoco habrá energía nuclear y nos queda la térmica, que por los compromisos con la Unión Europea tendrá que abandonarse más pronto que tarde".

Sin espacio físico, o afectado por la cuestión de "dificultad territorial", según denominó a este obstáculo el CEO de EnerHi, para las instalaciones necesarias de cara a generar energías renovables, Llorens ve el futuro de Ceuta ligado siempre a la energía que venga de la Península a través de cable. "Es un elemento que la ciudad debe reivindicar. Igual que en otras zonas se han generado nudos de transición justa".

"Cuando tienes que sustituir una generación que ocupa un espacio de dos hectáreas por una que ocupa doscientas, tienes que tenerlas. Con la conexión con la Península, al no tener suficiente territorio, lo puedes tener solucionado", incidió

Preguntado por el hidrógeno, reconoció que este necesita de menos suelo o vuelo y que poco a poco aparece como una solución a los problemas de la transición energética. El problema, que para que esta tecnología se convierta en hegemónica, quienes ahora mismo sirven otras energías deben de perder: "En su aplicación hay inercias negativas. No se quiere que vaya al ritmo que nosotros queremos. A parte de que la ciudadanía lo entienda, con el cambio siempre va a haber alguien que quede en peor situación de la que está. En un sistema de economía de mercado esto pasa siempre".

El empleo, la gran ventaja y contrapeso de la transición

Entre los participantes en el debate estaba Tania López, gerente del área de empleo y formación de personas en riesgo de exclusión en energía renovable en Ingeus. Ella ya ha visto de primera mano como el sector de las renovables puede cambiar vidas a vecinos de Ceuta, incluso a aquellos que se encuentran en situación de vulnerabilidad.

Según explicó, abrieron una convocatoria para formar a vecinos de la ciudad que quisieran poder emplearse en el sector. "La participación fue baja", reconoce. Lo bueno, que "los que vinieron tenían interés, aunque no hubieran acabado ni la ESO y concluyeron la formación".

Seguidamente, en el que describe como uno de los días "más gratificantes de su vida", López y su equipo acompañaron a los siete participantes "desde el viaje en el barco hasta la planta de renovables de Toledo, a donde llegaron llenos de ilusión y con un contrato indefinido bajo el brazo".

Los dos retos en este sentido, informar a la población de esta oportunidad -"aún hay mucho déficit y en cuanto estas formado recibes ofertas de otras empresas", coincidieron los tres contertulios- y la otra, buscar como se puede generar empleo relacionado con este sector en la propia ciudad para dejar de exportar talento: "Aunque bendito problema encontrar trabajo en otro lado", opinó Gil.

El obstáculo de la Administración con las certificaciones

El último punto fundamental de la mesa redonda tuvo que ver con las dificultades o facilidades que está dando la Administración a la hora de emitir los preceptivos certificados de energía verde.

"Desde el punto de vista de la tramitación las comunidades autónomas han entendido que esto era una oportunidad y una necesidad y algunas han hecho una legislación adaptada a que tramitar esto no sea un calvario para las empresas", subrayó Llorens, poniendo como ejemplos de buena práctica a Andalucía o Extremadura, donde "los proyectos se pueden pensar y ejecutar en dos o tres años". Por desgracia, no en todos los lugares de España es así. En ese sentido, se pidió a la ciudad diligencia con este aspecto para hacerse atractiva a la inversión.