Los ocho jóvenes subsaharianos que esta mañana han logrado encaramarse a la valla fronteriza en su tramo de Benzú han sido devueltos a las autoridades marroquíes. Los migrantes han permanecido varias horas afianzados al cercado mientras agentes de los GRS de la Guardia Civil les conminaba a entregarse.
Finalmente, y con la ayuda de una grúa, los jóvenes han sido retirados de la valla uno a uno y, a pesar de encontrarse ya en suelo español, devueltos a las autoridades marroquíes.
Las devoluciones en caliente se han convertido en una controvertida práctica de las fuerzas policiales españolas en cada ocasión en la que han de enfrentarse a un salto a la valla.
El último salto masivo registrado en la ciudad se produjo el 22 de agosto del pasado año. Aquel día, 116 migrantes entraban en Ceuta a través del tramo del cercado que discurre por Finca Berrocal. Un día después, el Ministerio del Interior confirmaba que había dado instrucciones para forzar el retorno de todos los migrantes que habían accedido a la ciudad el día anterior. Interior amparaba su resolución en el acuerdo bilateral suscrito con Marruecos 26 años atrás.
El acuerdo al que recurrió el Gobierno, y que había dormido el sueño de los justos durante un cuarto de siglo, fue suscrito el 13 de febrero de 1992 por el entonces ministro del Interior, José Luis Corcuera Cuesta, y su homólogo marroquí, Driss Basri. Según el pacto, las autoridades fronterizas de Marruecos readmitirían "a los nacionales de terceros países que hubieren entrado ilegalmente" en territorio español.
