Considera que en este caso, y en el de un adolescente argelino que llegó a Almería en patera, no se han respetado los derechos de los menores

La ONU reprende a España por el trato a un niño camerunés que saltó la valla de Ceuta

El Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas concluye que la Administración forzó un proceso para determinar la edad de los dos adolescentes que no contó con las garantías mínimas para la protección de sus derechos.

Jóvenes migrantes, durante una concentración en la Plaza de los Reyes (C.A./ARCHIVO)
photo_camera Jóvenes migrantes, durante una concentración en la Plaza de los Reyes (C.A./ARCHIVO)

El trato dispensado por las autoridades españolas a un adolecente camerunés de 15 años que en 2016 consiguió saltar la valla de Ceuta ha llamado la atención del Comité de los Derechos del Niño de Naciones Unidas. El órgano que vela por el cumplimiento de los derechos de la infancia ha reprendido a España por considerar que en este caso, y en el de otro menor argelino que llegó en patera a Almería, concurrió una violación de derechos fundamentales. A juicio del Comité, la Administración forzó un proceso para determinar la edad de los dos adolescentes que no contó con las garantías mínimas para la protección de sus derechos.

El periplo del joven camerunés arranca en mayo de 2015 cuando decide emprender el camino hacia Europa. El pequeño, que vivía en la calle desde los diez años, alcanzó la valla de Ceuta tras atravesar Nigeria, Benin, Argelia y Marruecos.

Según su testimonio, una vez en la Ciudad Autónoma, fue aconsejado para que no revelara su verdadera edad ya que, de hacerlo, se cerraría la posibilidad de ser incluido en los transportes periódicos que organiza el Centro de Estancia Temporal de Inmigrantes (CETI) hacia la Península.

Más de un año después de su llegada, y tras varios meses viviendo en las calles de Madrid, logró, gracias a la intervención de un familiar, que le remitieran desde su país un acta de nacimiento corroborada más tarde por el Consulado de Camerún en la capital de España.

Pese a ello, y a haber acreditado su edad gracias a la documentación recibida, la Fiscalía resolvió en enero de 2017 que había cumplido los 18 años ante la negativa del chico a someterse a una radiografía de la muñeca, una prueba utilizada para determinar la edad de los migrantes que, sin embargo, presenta grandes márgenes de error. En ese tiempo, el joven había contraído tuberculosis y malaria.

El segundo caso afecta a un chaval argelino de 17 años. El muchacho fue sometido en Almería, donde había llegado en patera, a la prueba de la radiografía de la muñeca, que determinó su mayoría de edad, e ingresado en el Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE) de Aluche, en Madrid. La Fiscalía se negó a revisar su condición de mayor de edad cuando acreditó documentalmente que no lo era.

 

Censuras

El Comité advierte a España que los documentos que exhiban los menores para acreditar su identidad y edad deben tenerse por auténtico a no ser que exista prueba en contrario. Además, en estos dos casos, reprocha a España que no tuviera en cuenta la medida provisional planteada por Naciones Unidas de trasladar a los dos muchachos a un centro de protección de menores en tanto concluía la investigación.

En su reprensión a España, el Comité insiste en que los métodos basados en el análisis de huesos y dientes para precisar la edad de los migrantes pueden resultar imprecisos. Naciones Unidas insta al Gobierno español a impedir que se repitan situaciones similares en el futuro y le reclama que ofrezca a los dos menores la oportunidad de regularizar su situación administrativa en España.

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