Acerca de la seguridad de Ceuta

La cumbre de la OTAN celebrada el pasado año en Madrid acuñó un nuevo concepto estratégico de la Alianza Atlántica que, en principio, daría cabida a la entrada bajo su paraguas de Ceuta y Melilla. Aunque el debate sigue sin cerrarse.

otan

¿Traerán consigo algo bueno los angustiosos días que Ceuta vivió en mayo de 2021? El reto que lanzó Marruecos a España permitiendo la entrada de miles de personas en la ciudad por su frontera, ¿redundará en algún beneficio para los ceutíes? Puede que sí.

«Llegado el hipotético escenario de que se materializara una amenaza sobre Ceuta y Melilla, España contaría con el inequívoco apoyo de los aliados», concluye el informe del think tank Europa Ciudadana «El papel de Ceuta y Melilla en la agenda global», hecho público esta semana. Las reflexiones de este informe, que propone mantener el interés de la UE y la OTAN sobre las dos ciudades autónomas frente a las pretensiones anexionistas de Marruecos, remiten al debate sobre la protección de la que gozan Ceuta y Melilla frente a agresiones externas. Y, por tanto, a la cuestión de si la Alianza Atlántica está obligada o no a acudir al auxilio de las dos ciudades en caso de que se vean amenazadas.

Las cosas parecieron cambiar con el episodio vivido los días 17 y 18 de mayo en Ceuta. Unas 10.000 personas entraron en la ciudad en tropel sin cortapisa alguna y con la total aquiescencia de las fuerzas de seguridad del país vecino. Este comportamiento, y la incertidumbre y el miedo que generó entre la población ceutí, suscitaron una reacción de alarma. Apenas un año después, la cumbre de la OTAN, celebrada en Madrid, trajo consigo buenas noticias para el Gobierno español.

Apenas unos días antes del inicio de la cumbre, los ojos de la comunidad internacional se volvían, de nuevo, hacia las ciudades autónomas. El 24 de junio, la entrada masiva de migrantes a través de la valla de Melilla se saldaba con la muerte de decenas de jóvenes subsaharianos. La idea de que la frontera de Europa con Marruecos era una zona libre de protección de los derechos humanos se imponía de nuevo.

Con estos antecedentes, España confiaba en arrancar de la OTAN garantías para Ceuta y Melilla. La cumbre se celebraba cuando habían transcurrido más de cuatro meses desde la invasión de Ucrania. La situación de las dos ciudades autónomas era, desde luego, un asunto muy menor en relación con las amenazas procedentes del este.

 

Nuevo concepto estratégico

Uno de los objetivos de la reunión era aprobar el nuevo concepto estratégico de la Alianza Atlántica. El tratado fundacional de la OTAN estableció en su artículo 5 que la organización actuará en defensa de cualquiera de sus miembros ante una agresión exterior en el ámbito territorial de la Alianza Atlántica. El artículo 6 precisa que los territorios concernidos por este principio de respuesta automática a un ataque comprendía a cualquiera de los estados-miembro de Europa o América del Norte, así como a los departamentos franceses de Argelia –la independencia del país africano en 1962 dejó sin sentido esta precisión-,  Turquía y las islas bajo la jurisdicción de cualquiera de las partes en la zona del Atlántico Norte al norte del Trópico de Cáncer. Esto es, las islas Canarias sí se contemplan en el tratado, no así Ceuta y Melilla.

Si bien, el tenor literal de estos artículos no se cambió para incluir expresamente a Ceuta y Melilla en la definición de territorio situado bajo el paraguas de la OTAN –algo que, en todo caso, nadie esperaba- el nuevo concepto estratégico de la Alianza sí introdujo una modificación sustancial que satisfizo las aspiraciones españolas. La nueva definición de «integridad territorial» incluida en el concepto estratégico de la organización ofrecía una puerta para colar a Ceuta y Melilla como territorios al amparo de la OTAN. Uno de los párrafos del acuerdo que precisa el nuevo concepto estratégico de la organización precisa como obligación de sus miembros la siguiente: «Defender cada centímetro del territorio aliado, preservar la soberanía y la integridad territorial de todos los aliados».

El matiz no es ocioso. La idea de una «integridad territorial aliada» apela a la definición de integridad territorial que consta en cada uno de los ordenamientos constitucionales de los países miembros. Ceuta y Melilla son parte inseparable de España, por tanto, ambas deben ser protegidas.

El Gobierno español defiende esta interpretación y, para avalarla, pone como ejemplo la situación de Hawái, territorio estadounidense que tampoco es contemplado expresamente en el Tratado de la Alianza pero que nadie duda que sería defendido por los aliados en caso de ataque.

 

Ceuta y Melilla, frente a la UE

El debate sobre el grado de protección que la OTAN brinda a las dos ciudades autónomas invita también a reflexionar el tratamiento que se les dispensa en el ámbito europeo. En uno de sus artículos, el Instituto Elcano  defiende que el ingreso de España en la Unión Europea vino a reforzar el reconocimiento de la españolidad de Ceuta y Melilla. El Tratado de la Unión Europea fija en su artículo 42.7 el concepto de defensa mutua en caso de agresión a un país miembro: «Los demás Estados miembros le deberán ayuda y asistencia con todos los medios a su alcance, de conformidad con el artículo 51 de la Carta de las Naciones Unidas».

Hace un año, el Instituto de Seguridad y Cultura del Observatorio de Ceuta y Melilla publicaba su informe «La consolidación europea de Ceuta, Melilla y los otros territorios españoles en el norte de África». El documento concluía que la Unión Europea garantiza la protección de las ciudades autónomas. «La UE prevé una legítima defensa global sobre cualquier territorio bajo soberanía o jurisdicción de los Estados miembros –argumentaban los autores del informe- De este modo, se procede a una ampliación en la aplicación del precepto, superando lo previsto en el marco de la OTAN, dado que cabe la legítima defensa igualmente ante ataques sobre el territorio de un estado miembro que no se encuentre en el continente europeo, como es el caso de las ciudades de Ceuta y Melilla, situadas geográficamente en África».