marruecos dificulta el paso de vehículos

Las colas vuelven a la 352 tras un día de tregua

El rigor impuesto por las autoridades marroquíes este jueves en el acceso a su territorio de coches con mercancía desactiva las medidas adoptadas por la Delegación para aliviar el tráfico en la 352. 

Apenas 24 horas después de que se instaurara la más absoluta normalidad en la carretera nacional 352, los atascos de tráfico han vuelto.

Las colas de los coches que pretenden alcanzar el paso fronterizo de El Tarajal terminan a la altura de Miramar Bajo, una de las barriadas más afectadas por una crisis para la cual las autoridades continúan buscando una solución.

Las restricciones en el acceso a Ceuta de los vehículos que llegan a la ciudad para acarrear mercancía a través de la frontera no han arrojado los mismos resultados que ayer. Desde las once de la mañana, la Delegación del Gobierno volvía a cerrar la frontera a los denominados “coches-patera”. Pero si el miércoles esta medida se tradujo en la erradicación de los colapsos de tráfico. Este jueves, no ha sido posible evitar los embotellamientos.

La causa probable de esta situación hay que buscarla en la decisión de las autoridades marroquíes de dificultar el paso a los coches con mercancía. Muchos conductores, forzados por el cierre ordenado por Marruecos en la tarde noche de ayer, pernoctaron en la ciudad. Algunos afirman haber permanecido toda la noche en la explanada de El Chorrillo mientras otros se han repartido por distintos puntos de Ceuta.

La Policía Local ha continuado concentrando a los “coches-patera” de matrícula marroquí en la explanada de El Chorrillo, con el propósito de aliviar el tráfico en la nacional. En la explanada el número de coches embolsado ha ido variando a lo largo de la jornada. En algunos momentos la explanada ha estado colapsada aunque a las 19.00 horas la ocupación no era total y se contabilizaba algo más de un centenar de vehículos. Algunos de sus conductores han comentado a Ceuta Actualidad que llevaban aparcados desde ayer miércoles en la explanada. El trabajo de la Guardia Civil y de la Policía Local ha permitido controlar ese flujo de automóviles embolsados junto a la playa, aunque el ritmo de desahogo de la carretera ha sido el que han marcado los agentes fronterizos marroquíes.

La ofensiva contra los vehículos dedicados al porte procedentes de Marruecos puede ser insuficiente si se confirman los temores de las autoridades. Las pingües contraprestaciones con las que se recompensa a los encargados de transportar en coche la carga de un lado a otro de la frontera –se estiman en 300 euros de pago recibido por cada porte- hacen presagiar que el número de ceutíes decididos a ocupar el vacío dejado por los marroquíes se incremente de manera notable.

 

Perjudicados

En esta jornada, las autoridades han apostado por intentar controlar que el incremento del número de vehículos de mercancías en Ceuta no entorpeciera el día a día de los vecinos en sus idas y venidas a las barriadas. Con ese objetivo, se ha situado a una patrulla de policía local por cada cruce de la carretera nacional, desde la Frontera, hasta el acceso a Juan XXIII. 

protesta colegio príncipe felipeMiramar Bajo vuelve a ser uno de los escenarios del caos. Los vecinos no ocultan su malestar por el trasiego de coches que merodean por las calles de la barriada a la búsqueda de un atajo que nunca encuentran. Más arriba, la comunidad educativa del colegio “Príncipe Felipe” ha salido una vez más a la calle para protestar por la situación a la que los frecuentes colapsos de tráfico condenan a la barriada.

A estas quejas se suman ahora las de un nuevo perjudicado. Los propietarios de las “volaeras” de El Chorrillo se quejan de la elección como aparcamiento improvisado del emplazamiento donde se encuentran sus negocios. Oscar González, de la volaera "La Pesquera", ha explicado a Ceuta Actualidad que las ventas han bajado considerablemente. "Los clientes no pueden llegar hasta mi negocio y se habla de que esto no sea algo provisional sino permanente, no me parece justo que no cuenten con nosotros".

Los servicios de transporte urbano también han retomado lo que durante tantos días se había convertido en rutina. Algunas líneas del servicio de autobús registraban retrasos de hasta 45 minutos mientras otras suspendían sus conexiones. Así ha sucedido con el servicio hasta el Hospital Militar. Los autobuses que cubren la línea con Príncipe Alfonso y Príncipe Felipe interrumpían su ruta a la altura de la rotonda de Puente Quemadero ante la imposibilidad de ir más allá ,y entre los taxistas, la queja ha ido dirigida a la cantidad de tráfico en los alrededores del Hospital Universitario.