El fin de un programa europeo hace recelar a los bancos de alimentos

El Banco de Alimentos de Ceuta es una de las entidades sostén del sistema social de atención a las personas más desfavorecidas. En su última gran campaña consiguió recoger 50 toneladas de alimentos

mariscal recogida banco de alimentos
photo_camera Voluntarios, durante la última gran recogida de alimentos del pasado noviembre (C.A./ARCHIVO)

La finalización del programa europeo de ayuda a personas desfavorecidas (FEAD) el próximo 2024 ha hecho cundir la inquietud entre los directivos y voluntarios de la Federación Española de Bancos de Alimentos (Fesbal). Los bancos andaluces ya han alertado de la incertidumbre que se abre con la extinción del programa, una preocupación compartida por el presidente del banco ceutí, Pedro Mariscal.

El FEAD será sustituido por el denominado Fondo Social Europeo Plus (FES+), otra iniciativa europea que persigue los mismos fines pero con otros mecanismos. La Comisión Europea ofrece a los estados miembro la posibilidad de conceder la ayuda directamente en forma de alimentos o bien mediante «tarjetas monedero», destinadas a familias con hijos menores en situación de pobreza o extrema vulnerabilidad, que permitirán hacer compras en centros de alimentación por una cantidad limitada mensualmente. La Unidad Administradora del Fondo Social Europeo (UAFSE), adscrita a la cartera de Trabajo, y el Ministerio de Derechos Sociales han elegido esta segunda opción. El presupuesto anual del programa será de 565 millones de euros: 10% financiado por las comunidades autónomas y el 90% por la Unión Europea. «Pero todavía no sabemos cómo se van a hacer las cosas», matiza Pedro Mariscal.

Los bancos recelan de los efectos que podrá tener el nuevo sistema sobre su labor. Los cambios persiguen un fin loable. Europa trata de acabar con la estigmatización que supone para los usuarios su identificación como beneficiarios de ayudas sociales, en este caso, las peyorativamente llamadas «colas del hambre». Pero los bancos temen que, finalmente, el tipo y número de beneficiarios se reduzca (solo podrán tener acceso a las «tarjetas monedero» quienes tengan al menos un hijo menor a cargo) y que los recursos disponibles pierdan eficiencia al sustituir la compra a grandes fabricantes por la compra en supermercados. «Nos parece que esas tarjetas van a ser más difíciles de controlar y que abren la puerta a que alguien pueda querer traficar con ellas –advierte el presidente del Banco de Alimentos de Ceuta- Además, tememos que habrá gente que quede fuera: abuelos que viven solos, matrimonios sin hijos…».

 

Sostén de la atención a desfavorecidos

Las aportaciones anuales del FEAD a los bancos de alimentos no son desdeñables. Según Fesbal, estas suponen el 27,7% de la media de los alimentos repartidos cada año. En Ceuta, el programa ha distribuido este año en la ciudad más de 160.000 kilos de alimentos a través del Banco de Alimentos. «En todo caso, estas aportaciones son solo una pequeña parte de los que manejamos –continúa Mariscal- Calculamos que hemos podido gestionar en un año un millón de kilos de alimentos». Al margen de los productos procedentes del FEAD, el banco ceutí se nutre de las donaciones de particulares, empresas y entidades –de la Península y Ceuta-, de las subvenciones que recibe de la Ciudad y de las recogidas que cada año organiza para apelar a la solidaridad de la ciudadanía.

El Banco de Alimentos de Ceuta es una de las entidades sostén del sistema social de atención a las personas más desfavorecidas. En la actualidad, atiende las necesidades de 17 asociaciones y de entre 60 y 70 familias. Tras la última gran campaña de recogida de alimentos, cerrada a finales del mes pasado, el Banco logró abastecer sus almacenes con más de 50 toneladas de nuevos alimentos, una aportación que permitirán satisfacer sus necesidades al menos hasta el mes de marzo.

La entidad entrega lotes de productos cada semana a unas cincuenta familias, distintas en cada ocasión, a través del acuerdo alcanzado por los servicios sociales de la Ciudad. Este mes, y con motivo de las fiestas, el Banco ha organizado dos entregas extraordinarias que incluyen productos navideños.

La encomiable tarea a la que están entregados los voluntarios del Banco de Alimentos se ha visto entorpecida en los últimos tiempos por el incremento de los precios de la cesta de la compra. La adquisición de leche y, sobre todo, aceite se ha convertido para muchos bancos en un quebradero de cabeza. «Nosotros, hasta la fecha, no hemos tenido problemas porque hemos sido precavidos y en su momento compramos aceite –explica Mariscal- Nos hemos administrado bien, por lo que podemos decir que estamos abastecidos, pero si estos precios se mantienen, llegará el momento en el que el aceite será casi prohibitivo».

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