El portavoz del Gobierno de Marruecos, Mustafa Baitas, ha defendido este jueves la respuesta «necesaria» de Rabat a lo que Baitas ha referido como «patinazo» del comisario europeo responsable de Inmigración, Margaritis Schinas, tras señalar, en varias ocasiones, a las ciudades de Ceuta y Melilla como españolas, según informa la agencia EFE.
Mustafa Baitas ha respondido en esos términos cuestionado por la queja que ha enviado España a Marruecos por la carta en la que el Ejecutivo del país magrebí se quejaba ante la Unión Europea de las palabras de Schinas y el portavoz del Gobierno de Marruecos afirmaba que la respuesta de su país es "una clarificación necesaria sobre el derrapaje ocurrido", sin dar más detalles. Según confirmaron a EFE fuentes gubernamentales, el término «patinazo» hacía referencia a las declaraciones del comisario europeo sobre las dos ciudades españolas.
El portavoz del Gobierno de Marruecos ha querido diferenciar, en una rueda de prensa, entre la postura de su país sobre las declaraciones de Schinas y las relaciones con España. Aseguraba que las relaciones bilaterales con Madrid las relaciones bilaterales están basadas en «la confianza, coordinación conjunta y respeto mutuo». Baitas apuntaba que «Marruecos se enorgullece y mantiene una importante cooperación con la vecina España, basada en la confianza y en la implicación conjunta para afrontar los distintos retos, ya sean económicos o sociales. Hay una nueva etapa, auspiciada por su majestad el rey, basada en la confianza, coordinación conjunta y respeto mutuo», agregó Baitas.
No es la primera vez que desde Rabat se pone en duda la españolidad de Ceuta y Melilla. El pasado octubre trascendió una carta presentada por la delegación ante la sede de la ONU en Ginebra en la que sostenía que el reino alauí carecía de «fronteras terrestres» con España.
En sus declaraciones públicas, Schinas había subrayado en múltiples ocasiones que las fronteras de las dos ciudades españolas están «internacionalmente reconocidas» y son frontera de la Unión Europea. Unas afirmaciones que resultan un desafío a los postulados del expansionismo marroquí.
