Obra del Paseo de las Palmeras

Cuatro meses de atasco en Constitución, ¿irregularidad urbanística o “error puntual”?

Los trabajos se paralizaron el pasado julio cuando el Gobierno negaba haber incurrido en cualquier tipo de “ilegalidad”, argumento que ahora cambia para reconocer una vulneración del PGOU

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photo_camera En la imagen, la calzada proyectada en la zona catalogada por el PGOU como peatonal (C.A)

¿Alguna vez pudo tener cabida en el imaginario colectivo que una carretera pudiese atravesar unos jardines o una plaza? En Ceuta todo es posible, y esto también. El ejemplo lo encontramos en plaza de la Constitución, una zona peatonal que desde hace cuatro meses luce un vial de circulación para el tráfico rodado. ¿Irregularidad urbanística o “error puntual”? Disyuntiva que, en primer término, se va a traducir tanto en un incremento del presupuesto de la obra, como en una dilatación en la ejecución de la misma. Un atasco que además se salda con el veto al tráfico. “La zona seguirá siendo peatonal”, confirma el consejero de Fomento, Alejandro Ramírez.

Los trabajos de recuperación del Paseo de las Palmeras arrancaron el pasado 26 de mayo con el fin de mejorar las condiciones de circulación del tráfico rodado.  Apenas diez años después de que culminase el desdoblamiento planeado por los hermanos Carlos y José Luís Pérez Marín, a través del primer gran proyecto de obras públicas que se acometía en Ceuta y que cambiaría su fisionomía, el Gobierno de la Ciudad decidía enterrar gran parte de la filosofía que lo envolvía -como era acabar con el cuello de botella que se generaba en esta zona del corazón de la ciudad a través de la peatonalización-. Un objetivo que ha quedado diluido en el tiempo con la intención de "subsanar las graves deficiencias de conservación debido al flujo de movimiento de vehículos rodados, la alta afluencia peatonal, deficiencia en mantenimiento y sucesivas intervenciones sin criterio unificado”. Así, se comenzaron a sustituir los pavimentos de piedra por mezcla bituminosa de calzada en la zona comprendida entre el Paseo de las Palmeras y el puente del Cristo, accesible a través de la calle Edrisis y plaza de la Constitución – tal y como detalla la memoria del proyecto y reflejan los planos adjuntos-.

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Plano del actual proyecto en el que queda plasmado el área en el que discurre la clazada, incluida la Plaza de la Constitución

Sin embargo, las labores que se acometían fueron objeto de un parón alrededor del mes de julio, concretamente, en la zona de plaza de la Constitución. Por aquel entonces la Dirección Facultativa de la obra, en declaraciones a este medio, le restaba importancia, negando dicho enquistamiento, y añadía que “los tiempos de inactividad no significaban un estancamiento”. Pero, casi cuatro meses más tarde, el tramo que comienza en el desdoblamiento a la avenida Juan Pablo II y se extiende hacia Constitución se encuentra abandonado a su suerte. Ni una baldosa se ha vuelto a mover a día de hoy.  Ahí se proyecta una calzada de 3 metros de ancho perceptible a la vista de cualquier viandante, que permanece cercada hacia ambos lados por un vallado con precintos, y casi oculta entre bloques de pavimento de varios metros de altura que la flanquean.

El interrogante surge entonces en explicar qué se ha atascado en Constitución para que se encuentre en el olvido a menos de un mes para que venza el plazo de ejecución de la obra, que será el 30 de noviembre. Mientras el Ejecutivo negaba este verano haber incurrido en cualquier tipo de “ilegalidad”,  el tiempo ha barrido ese argumento que, ahora, se tercia bien diferente. El propio consejero de Fomento reconoce a este medio “que se ha producido un fallo técnico, ya que esa zona tiene que ser peatonal y no puede haber una calzada”.  Un vial que se proyecta en contra del marco normativo vigente, tal y como comunicó Urbanismo. “Fue entonces cuando se tomó la decisión de paralizar los trabajos”, aclara Ramírez.

Pero para explicar todo este desaguisado en el que se ha sumergido Fomento habrá que remontarse a esa primera transformación del año 2003 que cambió por completo la trama de la zona y, no solo eso, también la catalogación del suelo. Los no tan jóvenes probablemente recuerden que el Paseo de las Palmeras lo conformaban dos viales en dirección única que se prolongaban desde la Avenida Compañía del Mar a través del área de Constitución, cuya fisionomía era totalmente diferente: una zona de circulación para el tráfico rodado, con los desaparecidos jardines de San Sebastián y sin la actual pasarela peatonal. Ese cambio urbano y paisajístico solo pudo ser posible mediante una modificación puntual en el actual Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), el de 1992, que al catalogar la zona como trama viaria de primer orden – una carretera-  impedía la implementación del proyecto propuesto por los hermanos Pérez Marín, cuyo fin principal era desatascar de tráfico el centro y convertirlo en una zona libre o peatonal.

Para ello, se puso en marcha la maquinaria que recibió luz verde por parte de todas las instancias marcadas por ley. Primero fue el pleno de la Asamblea, que reunido en sesión extraordinaria el 19 de noviembre de 2001 aprobó “la modificación puntual del PGOU de conformidad con el Proyecto Básico para el desdoblamiento del Paseo de las Palmeras obrante en el expediente”, tal y como recoge el BOCCE del 30 de noviembre del mismo año. En el mismo sentido se manifestó el Ministerio de Fomento tres meses más tarde a través de la orden FOM/556/2002, de 26 de febrero, que ratificaba su aprobación definitiva. Así, el BOE del 14 de marzo de 2002 recoge, entre otros, “la utilización del paseo de las Palmeras para tráfico restringido a residentes de la zona y para uso peatonal” y que “el diseño definitivo de la pasarela peatonal prevista en la plaza de la Constitución establecerá un desarrollo en planta lo más ajustado posible a la alineación del actual paseo, así como el mínimo desnivel, con la finalidad de dotar de la máxima comodidad al tránsito peatonal”.  De esta forma, desde el año 2003 el Paseo de las Palmeras tiene restringido el tráfico rodado, y la plaza de la Constitución es zona libre o verde, pese a que a día de hoy se encuentra atravesada por un vial con asfalto. “Una atrocidad”, señala uno de los especialistas en la materia consultados por Ceuta Actualidad, que intenta clarificar el asunto con una comparativa: “Es como sin plantásemos una carretera en mitad de la plaza de Correos o de África”. Entornos que, a efectos del actual Plan General, poseen la misma catalogación.

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Plano de las obras de 2002, con la catalogación del suelo según la modificación puntual introducida en el PGOU, actualmente vigente

Con un marco normativo concluyente, cabe preguntarse por qué dicho proyecto- en cuya memoria no queda reflejada ni una sola referencia al PGOU-, recibe el informe favorable por parte de la Comisión Técnica, firmado y refrendado por uno de los arquitectos de la Ciudad. Informe al que ha podido tener acceso este medio y que, señala otro de los expertos consultados, “no hace mención alguna a la normativa urbanística, tan solo a la referente a carreteras”. Con ese escollo, al parecer insignificante, dicho aval queda recogido en el decreto de adjudicación de la obra por parte de Procesa y firmado por la consejera de Economía y Hacienda, Kissy Chandiramani, corroborando que el citado proyecto ha sido “supervisado positivamente” por parte de la Oficina de Coordinación de Inversiones y Supervisión de Proyecto Externos (OCISPE), previo informe de los Servicios Técnicos de la Sociedad de Desarrollo de Ceuta S.A.

Un interrogante que Ramírez no aclara. El consejero en un intento de salir del paso le resta importancia a esa vulneración de la normativa, tachándolo como un “error puntual en la redacción del proyecto”. Asegura que el mismo ya se ha sometido a esa modificación técnica que remitieron los técnicos de la Consejería. Pero ¿Cómo se detecta dos meses después del inicio de las obras? ¿Por qué obtiene dicho proyecto una valoración positiva en todos los informes preceptivos? “Nadie se dio cuenta de la modificación puntual del Plan General", señala Ramírez.

Así, intenta el titular de Fomento cerrar este capítulo al que le añade, en principio, un mes más del contemplado, hasta finales de diciembre. Eso sí, sin especificar la fecha en el reinicio de los trabajos, ni el sobrecoste en el presupuesto inicial cifrado en 379.467,90 euros.