Lo que hubiera sido una gran tragedia aérea ocurrió el 7 de noviembre de 2021

Un avión de pasajeros y un helicóptero de Aduanas, a punto de chocar sobrevolando el Estrecho

La aeronave oficial tenía inoperativo desde hacía dos días el sistema que alerta del peligro de colisión. Un Boeing 738 de Ryanair y un aparato de Vigilancia Aduanera estuvieron a poco más de 370 metros de distancia, según publica ABC. 

ryanair-1
photo_camera Un avión de la compañía Ryanair

"Una enorme tragedia aérea estuvo a solo 370 metros de producirse a las 21:45:32 del 7 de noviembre del año pasado. En ese momento se cruzaron sobre el Estrecho de Gibraltar dos aeronaves, un Boeing 738 de Ryanair en vuelo comercial desde Tánger a Sevilla y un helicóptero del Servicio de Vigilancia Aduanera (SVA) que había participado en una operación contra el narcotráfico y que no tenía operativo el TCAS, un sistema embarcado que prevé posibles colisiones en pleno vuelo y funciona de forma independiente de los servicios de tránsito aéreo. No solo eso; todos los intentos de las torres de control de Tánger, Casablanca y Sevilla de entrar en contacto con el aparato de Aduanas por radio resultaron infructuosos", según publica hoy el diario ABC. 

Según la información recabada por el medio, la secuencia comenzó minutos después del despegue rutinario del Boeing 738 de Tánger, con destino a Sevilla, a las 21:43:36. Cinco segundos después la torre de control ya intentó, sin conseguirlo, entrar en contacto por radio con el helicóptero, que estaba en una zona que iba sobrevolar el avión. A partir de ese instante se vivieron momentos bastante angustiosos, porque desde el helicóptero no se respondía a ninguna de las llamadas que se le hacían a través de distintas frecuencias de radio, incluida la de guardia, y la distancia entre los aparatos era cada vez menor. 

El piloto del helicóptero, en la notificación del incidente que hace el 25 de enero –casi tres meses después de ocurrir los hechos– describe así lo sucedido: «Volviendo de controlar un objetivo a poniente del Estrecho (una semirrígida cargada de hachís) a 8.000 pies de altitud (casi dos kilómetros y medio sobre el mar) iniciamos un suave descenso».

«Estando al través de la ciudad de Tánger –continúa el piloto– y ya por debajo de los 7.000 pies (más de dos kilómetros sobre el agua) vimos cómo por detrás nuestra y más bajo nos cruzaba un avión comercial de derecha a izquierda. Notificamos a Sevilla ACC (centro de control) y nos responden que nos habían estado llamando, pero ninguno de los tres que estábamos a bordo oímos ninguna llamada. Ni en canal de guardia ni en 132,475».

Uno de los sistemas clave para evitar colisiones en vuelo estaba averiado en el helicóptero y, además, no hubo manera de poder comunicar con él para alertarle del serio peligro al que se enfrentaban, porque las trayectorias de los dos aparatos eran convergentes. Todo ello, además, en una misión nocturna y entrado el otoño, por lo que la visión exterior es menor.

El informe no entra, en cualquier caso, en las razones por las que Eliance –hay que insistir, encargada del mantenimiento y gestión de la flota– permitió que el aparato de Aduanas hiciera esa misión con ese sistema TCAS fuera de servicio, ni tampoco entra en las razones por las que fue imposible entrar en contacto con el piloto a través de ninguna frecuencia de radio.

Los contactos con la torre de control en el siguiente enlace