CONSECUENCIAS DE LAS ELECCIONES CATALANAS

Aznar anima el debate de las dos derechas

Convertido en auténtico “pepito grillo” de Rajoy, el expresidente trama una venganza: impulsar la imagen de Rivera para forzar, luego, la fusión electoral. 

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photo_camera Rajoy y Rivera (ESTRELLA DIGITAL)

Estrella Digital

El fracaso del PP en Cataluña estaba cantado. Rajoy se limitó a hacer campaña para intentar minimizar daños. Albiol ya le había advertido que le daba poco tiempo, pero el presidente mantuvo firme su compromiso con Urkullu y con Sánchez.

La peor derrota del PP en toda la historia democrática se fraguó, probablemente, en el lento muñir del 155 y en la corriente del voto útil. Rajoy esta convencido, dicen los suyos, de que pagó el coste del 155, con poca solidaridad de los demás, y de que más abajo del Ebro, las tendencias de voto útil carecen de sentido.

Separado Moragas – camino de la embajada en la ONU- y debilitada Soraya Sainz de Santamaría – Rajoy se dispone, según afirmó en la ejecutiva postelectoral del PP a frenar el crecimiento de Ciudadanos. La insistencia en que intenten formar gobierno en Cataluña tiene ese origen: intentar desgastar a la formación de Rivera a la que, sin duda, beneficia el carácter de partido “atrapavotos” con poca o ninguna responsabilidad en ninguna parte.

Otros sectores del PP no son tan optimistas respecto al blindaje del partido. No acaban de confiar en Cifuentes ni creen que los graneros de votos castellanos estén tan blindados como creen en Génova. Estos sectores parecen creer en la futura convivencia de dos fuerzas políticas de la derecha en España, una de corte más liberal- y otra de modelo conservador. Los efectos de la división en las urnas es lo que preocupa a estos sectores populares.

La trampa de Aznar

Aznar, muy crítico con Rajoy y los resultados catalanes no ha dejado pasar la oportunidad para cargar contra Rajoy y su Gobierno.

En un comunicado de FAES, La fundación arranca su análisis con un dardo envenenado para Soraya Sáenz de Santamaría. “Los resultados electorales en Cataluña distan bastante de la observación escuchada durante la campaña que consideraba ‘descabezado’ al independentismo”, dice el escrito haciendo referencia a un discurso de la vicepresidenta en la que sacaba pecho porque el 155 de Rajoy había “descabezado” al bloque secesionista.

Tras el “zasca” a la vicepresidenta, FAES celebra el “triunfo de Ciudadanos” porque “es un logro extraordinario que se constituye en expresión de la movilización cívica contra la exclusión, el silenciamiento y la fractura. Ciudadanos ha sabido interpretar las exigencias de muchos cientos de miles de catalanes”.

Detrás del comunicado, se encuentra la estrategia trampa de Aznar: potenciar a Rivera, para luego presionar la fusión electoral.

Refundación del PP y elecciones anticipadas

Aznar mantiene una importante influencia fuera de Génova. Ha impulsado la idea de la refundación para, posteriormente, forjar una alianza electoral entre Ciudadanos y el Partido Popular

Lo cierto es que la postura firme contra el separatismo catalán, en un país en el que ha surgido una cierta catalanofobia, resulta electoralmente atractiva.

El plan de Aznar es ciertos trasvases o deserciones de las direcciones provinciales para forzar el acuerdo electoral. Tampoco descarta Aznar que no se cumplan las intenciones de Rajoy y el enquistamiento catalán suponga la necesaria realización de elecciones anticipadas.

La vieja propuesta Aguirre

La que fuera portavoz del PP en el Ayuntamiento de Madrid, Esperanza Aguirre, ya defendió la unión de PP y C's en un solo partido de centroderecha, ya que ambas fuerzas comparten la "misma raíz" liberal y conservadora, además de que los populares deben "recuperar" todas esas personalidades que dejaron el partido.

Una propuesta que, por cierto, realizó en el Círculo Ecuestre de Barcelona donde presentaba su libro "Yo no me callo". En aquella ocasión, resumió la opinión de los sectores liberales del Partido que ahora parecen retomar los próximos a Aznar.

Ciudadanos no está por la labor

No obstante, Ciudadanos no parece estar por la labor. Consideran que su carácter de partido español y reformador, les ha permitido también arrancar votos en el frente socialista. Un inesperado campo de crecimiento que se cerraría con un acuerdo con el Partido Popular.

En Ciudadanos, por otra parte, son conscientes de sus debilidades en algunos feudos electorales importantes, Andalucía e incluso Madrid donde no acaba de percibirse una alternativa clara, al menos en la Comunidad.

Pero creen que la situación catalana operará en la mejora de su perfil estatal y que los costes del 155, unidos a la inacabable agenda judicial del PP que emergerá en cuanto se aligere la “carga catalana”, les permitirán articular un campo en la derecha que puede ser bipartito, pero que puede llegar a liderar Rivera.

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