El cuerpo es una máquina que funciona dependiendo de cómo es tratada. Sus múltiples sistemas generan un efecto en cadena en el que si uno falla, el resto puede dejar de funcionar, lo que puede ser mortal.
Hay aspectos de la salud que no pueden dejarse a un lado. Un ejemplo de esto es evitar el sedentarismo, que acarrea sobrepeso y enfermedades cardiovasculares, diabetes, insuficiencia renal o hepática.
Un alto porcentaje de quienes no practican ningún tipo de actividad física alegan que la falta de tiempo siempre les juega en contra. No obstante, esta situación puede cambiar si la persona realmente desea dar un giro en su vida para contrarrestar dolencias, malestar general, cansancio y hasta el insomnio.
La idea es que la práctica de ejercicios sea algo entretenido, que no se asuma como una carga. Lo mismo sucede con las dietas, ya que un régimen alimenticio no debe ser una suerte de dictadura. Al contrario, lo ideal sería verlo como un nuevo estilo de vida.
Hay múltiples opciones para que la actividad física no se convierta en una rutina aburrida. Por ejemplo, existe el ciclismo, la natación, el ejercicio cardiovascular, el entrenamiento con pesas y las actividades al aire libre.
En este último segmento hay un ejercicio que sigue ganando popularidad. Se trata de la Marcha Nórdica, que no es más que una especie de senderismo en la que se utilizan bastones para incentivar las caminatas de forma natural, con un balanceo instintivo de los brazos.
La Marcha Nórdica es un ejercicio que se adapta a todas las edades. Es una actividad integral con la que se ejercitan casi imperceptiblemente el 90% de los músculos del cuerpo. Además, entre los beneficios de la Marcha Nórdica para la salud se pueden mencionar una mayor resistencia cardiorrespiratoria, endurecimiento muscular, equilibrio y agilidad.
Los practicantes de esta actividad emplean los bastones en cada zancada, plantando e impulsando para el correcto ejercicio de todo el cuerpo.
Fuente: Estrella Digital
