Rebeca Muldoon, británica de 35 años, asentada en una de las urbanizaciones de San Pedro de Alcántara en Marbella, discutió con su pareja. La fuerte bronca se escuchó en el vecindario. «Llamaron diciendo que había un posible caso de malos tratos. Fue una llamada externa al domicilio», explican fuentes de la investigación, que aseguran que el alertante «debió ser alguien que escuchó la pelea desde la calle y se puso en contacto con la Policía».
Los agentes llegaron a la casa de la familia y arrestaron al marido. Eran las 21.40 horas de la noche, según el atestado. Rebeca no quiso denunciar ni declarar ante la Policía Nacional. «Se le detuvo porque ella debía presentar algún tipo de lesiones. Había evidencias de que había habido malos tratos», explican las mismas fuentes. Al día siguiente, Rebeca recibió la notificación del Juzgado de Violencia de Género. Es la última vez que hay constancia de su paradero. Según la citación, tenía que presentarse el día 3 de enero a ratificar los hechos. Debía aportar al juez su declaración sobre lo sucedido, pero nunca apareció.