«Día Mundial de los Desaparecidos»: mucho más que números

El 30 de agosto se conmemora una fecha que enfrenta a la sociedad con una dura realidad: las desapariciones forzadas

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photo_camera Cartel desaparecido Josué Monge García en Sevilla (2006)

Cada 30 de agosto, el mundo conmemora el Día Internacional de las Víctimas Forzadas, o Día Mundial de los Desaparecidos, establecido por la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en 2010. Un día que tiene como objetivo hacer un balance anual del total de desaparecidos a nivel global y comparar la situación con años anteriores. Pero más allá de las frías estadísticas, este día invita a reflexionar sobre el dolor y el vacío que dejan estas desapariciones en las familias y comunidades.

En España, el Centro Nacional de Desaparecidos, en colaboración con el Ministerio del Interior, publica anualmente el "Informe Anual de Personas Desaparecidas". Según el último informe, durante el año 2022 se han registrado un total de 26.003 denuncias.

La magnitud del problema adquiere rostros concretos cuando se consideran casos emblemáticos de desapariciones que han capturado la atención pública. Los hermanos Òrrit Pires desaparecieron en 1988 en Barcelona; Juan Pedro Martínez Gómez se esfumó en un accidente de tráfico en 1986; David Guerrero Guevara, "el niño pintor", desapareció en 1987; y Josué Monge, un adolescente de 13 años, desapareció en Sevilla en 2006. Estos son solo algunos ejemplos de los miles de casos que, a día de hoy, permanecen sin resolver y siguen siendo una herida abierta para la sociedad española.

Cartel desaparecido David Guerrero Gevara
Cartel desaparecido David Guerrero Gevara «el niño pintor»

Pero el problema no es exclusivo de España. La ONU estableció esta conmemoración ante la creciente preocupación por el aumento de desapariciones forzadas en todo el mundo, a menudo asociadas a conflictos armados, violencia de estado, y discriminación. Una desaparición forzada se define como la retención involuntaria de una persona sin que se conozca su paradero, una violación de los derechos humanos que deja en la incertidumbre a familias y comunidades.

El Día Internacional de los Desaparecidos sirve para recordar a todas las personas que han sido víctimas de este fenómeno y para hacer un llamado a la acción. Es imperativo que las autoridades incrementen sus esfuerzos para resolver estos casos y que la sociedad en general se sensibilice más ante este problema que afecta a tantas vidas. Porque detrás de cada número y estadística hay una historia humana y una familia esperando respuestas. Este 30 de agosto, más que nunca, esas voces merecen ser escuchadas.

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