En estos mercados se respira Navidad. Por todos los rincones encontramos adornos, figuritas para el Belén, espumillón de mil colores y ejército de juguetes.
También son cada año más numerosos los puntos de venta de artesanía en cuero, joyería y por supuesto, y, como no podía ser de otra manera, de dulces navideños.
De origen nórdico, principalmente, han llegado hasta nosotros para ofrecernos una alternativa más a nuestro ocio. Un plan perfecto para compartirlo con la familia y los amigos.
Seguir leyendo en Qdocio